Terrible. El pasado lunes padecieron un gendarme, su pareja y un menor de 10 años. La mayor tragedia fue la del micro de Tur-Bus.
Una pareja y un niño de 10 años fallecieron en la madrugada del lunes al chocar de frente con un camión, a la altura del túnel 4 del camino a Chile (ruta 7), entre Potrerillos y Uspallata.
Con estas tres víctimas, la cifra de muertes en esa vía asciende a 37 en lo que va del año y el promedio arroja casi una por semana. El choque de Tur-Bus de febrero (19 fallecidos) y otros dos, con al menos cuatro víctimas, fueron los más grandes.
Vicente Salinas (48) era efectivo de Gendarmería Nacional. El lunes, apenas pasada la madrugada, venía de regreso de Chile acompañado por Liliana Cabrera (49) y Bautista Basso (10), al mando de una Peugeot Partner.
Al parecer y según indicó un testigo, a la altura del túnel 4 entre Potrerillos y Uspallata se habría quedado dormido y tras cruzarse de carril, impactó de frente contra un camión. Los tres tripulantes de la camioneta, oriundos de San Rafael, fallecieron en el acto.
“Estaría prácticamente confirmado que el conductor de la Partner habría venido con somnolencia o agotamiento físico, porque iba cruzando de carril a carril. El testigo venía detrás y lo observó durante 100 metros haciendo esa maniobra, sin adelantarse a otro vehículo, pero cruzando de carril a carril”, explicó el comisario Sergio Yanzón.
De allí se desprende la principal hipótesis que manejan los investigadores, ya que un posible caso de alcoholemia –aunque no se descarta y harán los peritajes pertinentes– es menos probable. Venían desde Chile.
Casi un muerto por semana
En lo que va de 2017 hubo ya 37 muertes en el corredor internacional, en el tramo que va de la ruta 40 a Las Cuevas, lo que arroja un promedio de 0,9 decesos por semana.
Es cierto que el accidente del micro de Tur-Bus, ocurrido el 18 de febrero, incrementó considerablemente el promedio, ya que en una sola jornada hubo 19 muertos.
A ese trágico número se sumaron otros tres siniestros (incluyendo el del lunes) con más de un deceso, siempre con camiones como protagonistas.
Problemas para controlar
Según el comisario Yanzón, las principales causantes de accidentes en la ruta de alta montaña son la imprudencia y la impaciencia de los automovilistas, que intentan avanzar cuando hay doble línea amarilla.
“El 70% de la ruta tiene demarcación de doble línea amarilla, que prohíbe el adelantamiento porque son caminos sinuosos, de curvas y contracurvas que no dan el margen de tiempo ni de velocidad para adelantar a otro vehículo sin que esto cause un peligro inminente si viene otro en marcha contraria”.
Sin embargo, reconoció que en dicha zona es prácticamente imposible utilizar los radares de velocidad. “Los controles de velocidad los hacemos en la zona de Potrerillos a Agua de las Avispas, porque para trabajar con el radar de velocidad necesitamos un espacio físico adecuado y una distancia”.
Eso porque el cinemómetro requiere entre 500 y 700 metros de distancia para medir la velocidad del vehículo.
En cuanto a los controles de alcoholemia, aseguró que generalmente los realizan en las zonas de ingreso a la ruta que tienen espacios verdes o en cercanías de lugares donde se consume alcohol. Sobre todo, en la destilería y en el ingreso a Potrerillos, por el hecho de que puedan montarse los operativos.
Sin embargo, en el resto de la ruta estos controles son nulos, por lo que en gran parte del camino a Chile no hay presencia policial.
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