En el Valle de Uco la nafta super alcanzó los $22,99 y el ultra diesel $19,13. Es la tercer suba en lo que va del año y ya se acumuló un 27% de aumento.
Desde ayer los combustibles en Argentina son más caros, los aumentos estipularon un 9% para el gasoil, un 10% para la nafta y un 12% para infinia. El ajuste obedece, según las petroleras, a la devaluación desde julio hasta ahora.
Las petroleras estaban listas para aplicar un aumento en el precio de los combustibles desde el primero de octubre, como parte de la revisión trimestral de precios que acordaron con el ministerio de Energía. Pero la decisión se postergó a la espera que pasen las elecciones. Hubo un pedido del Gobierno en esa dirección.
Hoy cerca de las 6 comenzaron las subas de precios en los combustibles, según supo Clarín. El incremento está encabezado por YPF y luego Axion y Shell.
La suba tiene un piso del 9% y un techo del 12%, según explicaron en estaciones de servicio. El incremento es de 9% en gasoil, mientras que el combustible súper subió un 10%. El mayor encarecimiento está en las naftas “premium”, con un 12% de aumento.
El litro de nafta súper se expendía a $ 19,74 en las estaciones de servicio de YPF y de Axion en la ciudad de Buenos Aires. Con el incremento, la súper ronda los $ 21,75, mientras que la premium se ubica cerca de los $ 25, con un aumento del 12%.
En la red de Shell la súper se ubica hoy a $ 21.97 y la V-Power a 25.73, mientras que el combustible diesel cuesta ahora $ 19.35 y el V-Power diesel, $ 22.54.
Estos importes son los de la ciudad de Buenos Aires. En el conurbano suelen ser más altos. Por ejemplo, ayer estaba a $ 19,95 la súper. En el interior, la diferencia de precios se profundiza.
El menor incremento en gasoil está vinculado a que tieneincidencia en los costos del transporte comercial, taxis, logística y otros sectores que utilizan el auto o camiones para trabajar.
A fines de septiembre, el Gobierno anunció una nueva etapa de “precios libres” en el mercado de los combustibles, al suspender la aplicación de un acuerdo entre los productores y refinadores de petróleo. Sin embargo, Miguel Angel Gutiérrez -titular de YPF- observó que no estaban dadas las condiciones para hablar de un “mercado libre” ya que persistía un registro de importaciones (de petróleo) y la imposición de un corte de biocombustible en las naftas.
El registro de importaciones se habría flexibilizado, según distintas fuentes, pero no tanto como pedían las petroleras. Continúa la obligación de incluir un corte de biocombustibles.
La última revisión de los precios de los combustibles fue a fines de julio y allí se dispuso un incremento del 7%, que reflejaba la devaluación del peso frente al dólar en el trimestre 1° abril- 30 de junio. Desde el 1° de julio hasta el viernes, el pesó perdió un 9,5% de valor frente a la moneda estadounidense. Las petroleras se aferran a ese indicador para justificar su aumento.
En lo que va del año, los combustibles aumentaron un 15% (7% en enero y otro tanto en julio con un efecto acumulativo). De concretarse el incremento previsto en un 9%, las naftas se habrán encarecido en un 24% durante este año. La inflación prevista para este año -por el relevamiento de expectativas del Banco Central- está en torno al 21% para todo 2017.
Los biocombustibles, que tallan en el precio, registraron un incremento del 20%, según las petroleras.
En el Gobierno creen que una victoria electoral puede provocar una apreciación del peso frente al dólar. Si eso sucede, les gustaría que las petroleras modifiquen otra vez los precios, pero hacia la baja.
La suspensión del acuerdo de precios que regía hasta octubre podría ser temporaria y volver a tener vigencia en noviembre. Dependerá de las variaciones de la cotización del petróleo crudo a nivel internacional y las interpretaciones de las petroleras sobre si existe un mercado es “libre” o no.