Mañana se reúne el gobernador Cornejo con Dujovne. Habría marcha atrás con el impuesto pero nadie lo confirman ni lo niega.
En las últimas horas trascendió que el Gobierno nacional daría marcha atrás con el impuesto al vino. Sus funcionarios no lo confirman ni lo niegan. El misterio se terminará de develar mañana, cuando se reúnan en Buenos Aires el gobernador Alfredo Cornejo y referentes de la industria vitivinícola con los ministros de Producción, Francisco Cabrera, y de Hacienda, Nicolás Dujovne.
La cita es a las 17.30 en el Ministerio de Producción, donde el sector vitivinícola expondrá los perjuicios que ocasionaría a la industria este gravamen, propuesto la semana pasada por Dujovne en el marco de la reforma tributaria que impulsa la administración del presidente Mauricio Macri.
El Gobierno nacional mantiene su propuesta de gravar el vino, pero en las últimas horas empezaron a circular versiones de que daría marcha atrás, tras el fuerte rechazo que provocó no solamente entre los productores y empresarios del sector sino en todo el arco político mendocino, incluido Cambiemos.
En los pasillos de la Casa Rosada, el secretario de Coordinación Interministerial, Mario Quintana, dijo a periodistas acreditados que “el Gobierno ha presentado una propuesta, pero todo es negociable”, aunque se rehusó a afirmar si el Gobierno finalmente dará marcha atrás con el impuesto al vino.
Quintana dialogó brevemente con periodistas tras una reunión que mantuvieron en la Casa Rosada Dujovne y su colega de Interior, Rogelio Frigerio, con los gobernadores cambiemistas Gerardo Morales (Jujuy), María Eugenia Vidal (Buenos Aires) y Cornejo.
La presencia del mandatario mendocino provocó especulaciones sobre una posible negociación anticipada del impuesto al vino, pero voceros gubernamentales indicaron que durante ese encuentro, del que también participó el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, se charló exclusivamente sobre el pacto fiscal.
Sin embargo, en el entorno de Cornejo dijeron a Los Andes que “hay buenas perspectivas” sobre la negociación con el Gobierno nacional por el impuesto al vino y sobre el encuentro de mañana.
El ministro de Economía de Mendoza, Martín Kerchner, dijo a Los Andes que mañana le presentarán a Dujovne y Cabrera una postura de rechazo al gravamen basada en cuatro aspectos: el vino como bebida saludable (no perjudicial para la salud); un estudio comparativo con otros países productores de vino; otro estudio comparativo con otras bebidas industriales, y el impacto agrario y económico que causaría el impuesto anunciado.
“Esto afecta a 235 mil hectáreas plantadas en la Argentina, 17 mil productores y 130 mil puestos de trabajo directo en nueve provincias”, dijo Kerchner a este diario.
Recordó que el 70% del vino argentino se produce en Mendoza y que la industria aporta en impuestos 18 mil millones de pesos anuales a los que, con este nuevo gravamen del 10%, se le agregarían “entre 2 y 3 mil millones de pesos más”.
Consultado sobre la versión que circuló de que el vino quedaría exento de impuestos pero sí se gravaría a los espumantes, el funcionario mendocino fue tajante: “Nosotros vamos a ir a defender a todos”.
A esta reunión de mañana podrían sumarse los gobernadores peronistas Juan Manuel Urtubey y Sergio Uñac, de Salta y San Juan, las otras dos provincias vineras.
Al borde
Urtubey advirtió que la vitivinicultura “está al límite de su rentabilidad” y consideró que, al elaborar la reforma fiscal, el Gobierno nacional no hizo “un análisis muy exhaustivo en términos de sustentabilidad de la actividad”.
Si bien Mendoza y San Juan son las principales productoras, Salta también tiene una fuerte actividad vitivinícola en la zona de los Valles Calchaquíes, donde priman las uvas tintas, principalmente Cabernet Sauvignon y Malbec, y en menor medida Merlot, Syrah y Tannat.
Por su parte, Uñac dijo que el impuesto al vino fue el corolario de un modelo económico que no está en línea con la promoción de inversiones y que había comenzado con las importaciones de este producto.
El mandatario sanjuanino afirmó que la industria del vino ya viene golpeada por una caída en la demanda interna y en las exportaciones: “En el 70 se tomaban 80 litros per cápita año, y actualmente se consumen 20”, comparó.
“Voy a hacer el planteo en Buenos Aires: trataré que entiendan que este no es el camino. Nosotros estamos abiertos a una discusión, pero esa discusión debe concluir en que no tenemos que atentar contra las economías regionales que generan trabajo”, dijo el gobernador peronista.