El ministro de Gobierno, Dalmiro Garay, deslizó que podría ser una forma de “recomponer el salario de este año”. El Gobierno mendocino afirmó además otorgarles un bono de fin de año a los empleados estatales.
La discusión de la segunda parte de la paritaria está por comenzar y promete varios capítulos. El ministro de Gobierno, Dalmiro Garay, confirmó la decisión de pagar un bono de fin de año a los empleados estatales y hasta deslizó que podría ser por la diferencia entre el aumento del 17% que se dio y el crecimiento de la inflación, pero los sindicalistas de los gremios mayoritarios salieron al cruce y aclararon que no van a permitir mezclar la recomposición salarial con un bono “que es por única vez y en negro”. El año pasado el Gobierno pagó un bono de $2.000 a quienes menos ganaban en el Estado.
“Nos hemos enterado por los medios de la intención de dar un bono de fin de año. El tema es que antes de discutir eso tenemos que acordar la recomposición salarial que se comprometió a dar el Gobierno si la inflación superaba el 17% del aumento que dio, que se sobrepasó ampliamente. Para eso vamos a llevar un porcentaje, porque nuestro salario ha perdido en promedio más del 20% de poder adquisitivo en los últimos dos años”, apuntó, para marcar la cancha, Sebastián Henríquez, el secretario general del SUTE. El gremio docente tiene prevista una reunión paritaria para el martes 21, por lo que tal vez sería el primer sindicato en recibir la propuesta oficial.
Ayer fue el ministro de Gobierno, Dalmiro Garay, quien admitió que si bien aún no está terminado el esquema de las propuestas que se ofrecerán a los sindicatos, “la idea del bono para nosotros es importante porque nos permite recomponer lo de este año. El año que viene queremos poder discutir en la pauta del 2018 un aumento salarial que también incluya estos mecanismos de revisión e incluso en vez de ver un bono empezar a ver una posibilidad de una revisión no a fin de año, sino más periódica”, explicó.
Cuando se lo consultó sobre la cláusula gatillo que firmó el Gobierno con varios sindicatos para equiparar los aumentos al crecimiento de la inflación, Garay deslizó: “Una de las formas en las que podemos avanzar en la recomposición del salario de este año, teniendo en cuenta que quizás terminamos el año con 5 puntos de diferencia, es plantearles a los sindicatos la posibilidad de ir a un bono posiblemente por esa diferencia o un bono mayor”, planteó Garay, y evitó dar mayores precisiones sobre el posible monto, sólo dijo estar trabajando en la modificación de ciertos convenios colectivos de trabajo que redundarían en aumentos salariales.
Roberto Macho, secretario general de ATE, el gremio que nuclea a gran parte de los empleados estatales, también fijó su postura sobre el bono que toma forma en Casa de Gobierno. “Hay que diferenciar las cosas, un bono es una suma en negro y por única vez, algo que no aceptamos, y nosotros entendemos que la recomposición salarial debería ser del 17% porque la inflación va a superar el 26% y hemos perdido mucho más poder adquisitivo. De cualquier manera hemos pedido hace tres semanas la reapertura de paritarias y aún no tenemos respuesta del Gobierno”, resaltó.
Párrafo seguido, Macho abrió la puerta a que tal vez para algunos sectores “que están en convenio colectivo se puedan blanquear varios ítems que están en negro y eso significaría un importante aumento”. Entre esos sectores enumeró a los empleados de la salud, transporte y turismo.
En la misma espera de una respuesta de reapertura de las paritarias de la Subsecretaría de Trabajo está el gremio que nuclea a los profesionales de la salud, Ampros. “Nosotros no tenemos nada en negro y consideramos que toda suma que no impacte en el bono de sueldo es un retroceso, sólo sirve para fin de año y nada más. Lo que tenemos que hablar es lo que nos dejó atrás la inflación”, coincidió Isabel del Pópolo, su secretaria general.