Cambiemos cree que tendrá una victoria apretada hoy en Diputados, luego de perder el apoyo de buena parte del Bloque Justicialista.
Victoria apretada y de madrugada. Ése es el vaticinio de Cambiemos para la reforma previsional, que se debatirá hoy en una sesión especial de la Cámara de Diputados que se anticipa larga y caliente, y con movilizaciones y medidas de fuerza de sindicatos y organizaciones piqueteras que desde ayer están protestando en las inmediaciones del Congreso.
La reforma previsional -que tiene como punto más polémico el cambio de fórmula para actualizar los haberes jubilatorios, que supondrá menores aumentos en los próximos meses- ya tiene la media sanción del Senado y logró dictamen de comisiones de Diputados el martes pasado.
Está lista para ser tratada en el recinto pero el triunfo de Cambiemos pende de un hilo.
El Bloque Justicialista (BJ), que integran 19 diputados que responden a cinco gobernadores peronistas, anunció ayer que “mayoritariamente no acompañará la reforma previsional” y, de esta manera, complicó el objetivo oficialista.
Para tener quórum se necesitan 129 votos, que es la mitad más uno de la Cámara. Si los 257 diputados estuvieran sentados, también se necesitarían 129 votos para aprobar la iniciativa por mayoría simple.
Cambiemos tendrá quórum, porque los diputados del PJ anunciaron que sí bajarán al recinto, pero la mayoría de ellos rechazará la reforma previsional impulsada por el gobierno de Mauricio Macri.
El oficialismo tendrá mañana 108 diputados sentados. Es decir que le faltarán 22 diputados para aprobar la ley, si todos estuvieran presentes.
A sus 108 diputados, Cambiemos puede sumarles como posibles apoyos a los 6 integrantes del Frente Cívico por Santiago, que responden al gobernador Gerardo Zamora; los 5 misioneros del Frente Renovador de la Concordia; y a los 3 tucumanos del Frente Justicialista de Tucumán, que responden al gobernador Juan Manzur. También, a los 4 de Córdoba Federal, alineados con Juan Schiaretti.
Además, esperan contar con el voto afirmativo de Alma Chani Sapag, del Movimiento Popular Neuquino (MPN), que responde al gobernador Omar Gutiérrez, y Rosa Rosario Muñoz, una dasnevista que responde al gobernador Mariano Arcioni.
Y aunque el BJ no apoyará la reforma previsional, cuatro de sus 19 integrantes podrían terminar levantando la mano a favor: dos entrerrianos y dos chaqueños. Con estos apoyos, Cambiemos reuniría 132 votos.
Pero los bloques opositores que rechazan abiertamente la reforma previsional tampoco están lejos de juntar la mitad más uno: podrían llegar a juntar 125 votos.
Estos son el kirchnerismo; el massismo, el Movimiento Evita, Compromiso Federal (Rodríguez Saá); la izquierda, el socialista Luis Contigiani, Victoria Donda (Libres del Sur) y la peronista santafesina Alejandra Rodenas, entre otros.
“Ellos adelantan la sesión porque están perdiendo este debate ante la sociedad”, dijo el jefe del bloque Frente para la Victoria-PJ, Agustín Rossi, en referencia a que Cambiemos tenía previsto debatir recién el miércoles de la próxima semana la reforma jubilatoria y la anticipó para hoy.
“Hay una cantidad de diputados que aún no nos han adelantado su posición. Vamos a ver”, agregó el santafesino. Las ausencias jugarán a favor de Cambiemos.
El diputado del BJ que confirmó la postura de su bloque señaló que a pesar de que los gobernadores les piden apoyar la reforma previsional, porque forma parte del paquete de acuerdos con el Gobierno nacional, sus diputados tienen en su mayoría la voluntad de no apoyarla porque “perciben que la sociedad no quiere esta ley”.
“No era lo mismo votar esta ley la semana pasada que votarla ahora, con todo este clima”, dijo el diputado del BJ, un día después de la escandalosa reunión de comisiones en la que fue dictaminada la reforma previsional, y horas antes de la represión de la Gendarmería en la plaza del Congreso.
En ese contexto, la CGT anunció que si la reforma previsional resulta aprobada en la sesión especial de hoy, se realizará mañana mismo un paro nacional.
La reforma previsional que impulsa el Gobierno impactará en la vida cotidiana de los jubilados, dado que sus haberes subirán a marcha más lenta que en la actualidad y por ello no podrán incrementar sus gastos de forma real sino sólo ajustando por inflación.
El problema está en que la canasta de consumo de los jubilados es más cara que la del resto de la sociedad porque que gastan hasta el 90% de sus ingresos en alimentos y medicamentos, los rubros que más vienen encareciendo el costo de vida general.
Un estudio del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) indica que la inflación de los jubilados estuvo dos puntos por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC) general en 2016 y 2017.
La confusión sobre si ganan o pierden con la reforma se genera porque si bien los jubilados dejarán de percibir unos 100.000 millones de pesos por el menor aumento con la nueva fórmula, ese dinero no será ahorrado por el Estado: se pagarán reajustes por exigencia judicial y se seguirá devolviendo a las provincias la detracción del 15% de la precoparticipación que iba a la Anses.
“¿Cuánto cobrará un jubilado en marzo?”, se le consultó el lunes en el Congreso a Nicolás Dujovne.
El ministro de Hacienda no supo qué responder y reconfirmó las dudas a un sector de la oposición acerca de que con esta reforma los jubilados pierden.
Ayer, Dujovne dijo que las jubilaciones subirán “un 22% en 2018”, a lo que habrá que descontarle la previsión de 16,6% de inflación que tiene el sector privado según la encuesta del Banco Central.
“Eso da un aumento real del 5%”, dijo. Y en 2019 -amplió el ministro- el aumento real será del 2 %.
Ese incremento sale de empatar el gasto en haberes previsionales con el alza del 22,1% anual que registrarán, según el Presupuesto 2018, los ingresos por aportes y contribuciones a la seguridad social.
En el Gobierno desestiman que los jubilados vayan a perder y redoblan la apuesta: “En 2018 vamos a pagar $ 34.916 millones en deudas previsionales, por la reparación histórica o por fallos judiciales, y $ 3.255 millones por retroactivos a retirados de las Fuerzas Armadas y de Seguridad”.
A su vez, la promesa de garantizar el 82% móvil del salario mínimo a quienes aportaron 30 años no tendrá impacto alguno, al menos por ahora. El 82% del actual salario mínimo ($8.060) serían 6.609 pesos cuando la jubilación mínima está en 7.246.
El incremento de los jubilados para el período marzo-agosto de 2016 ascendió al 15,4% y en setiembre fue de 14,2%. En marzo de 2017 subieron 13% y en setiembre, 13,3%.
Estos aumentos se aplicaron tanto a los montos como a los tramos de ingreso del grupo familiar, en el caso de las Asignaciones Familiares por Hijo. El alza de marzo de 2018 rondará el 6 por ciento.
Cambios entrelazados
Los jubilados se verán forzados a implementar una mayor austeridad en sus hogares, lo cual generará un golpe colateral sobre la actividad económica -principalmente la comercial-, que podría ralentizar su expansión.
Atosigado por un déficit financiero que alcanza al 7% del Producto Bruto y con la decisión de bajar la inflación, el Gobierno eligió como salida una reducción del gasto público, poniendo a raya con el Pacto Fiscal a gobernadores.
En Hacienda identifican tres grandes ítems que motorizaron el crecimiento del gasto público entre 2006 y 2015: la masa de salarios públicos (creció 4,8 puntos porcentuales), el gasto previsional (4,6 pp) y las transferencias al sector privado vía subsidios (4 pp).
Como el Gobierno redujo drásticamente la generación de empleados públicos pero no está dispuesto a pagar el costo político de despedir a 120.000 estatales, como se lo piden economistas liberales, pasará la tijera por los subsidios y las jubilaciones.
Claves
El simbólico 82% móvil. El salario mínimo actual es de $8.060 y el 82% serían 6.609 pesos. Hoy la jubilación mínima está bastante por encima: 7.246 pesos. Por eso el proyecto oficial no tendría efecto alguno.
Los números oficiales. Según el ministro Dujovne, terminado 2018 las jubilaciones habrán tenido un aumento real de 5 por ciento.
Y durante 2019 la mejora real será del 2 por ciento.
En detalle
Mendocinos por el “Sí”
Todos los integrantes del oficialismo respaldarán el proyecto del Gobierno nacional. Son los radicales Luis Petri, Luis Borsani, Claudia Najul y Federico Zamarbide, y las dos diputadas del Pro, Susana Balbo y Stella Huczak.
Mendocinos por el “No”
Aunque integran cuatro bloques distintos, todos los opositores que representan a nuestra provincia van a votar en contra. Son Guillermo Carmona (FpV-PJ), Rubén Miranda (Bloque Justicialista), Omar Félix (Somos Mendoza) y José Luis Ramón (PI).