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La inflación local de 2017 fue de 24,5%

El incremento promedio para los mendocinos será del 26%. El cuadro tarifario estará vigente hasta el 30 de abril.

El IPC cerró el año con 2,5% en diciembre, el tercero más alto de 2017. Vivienda y servicios básicos fue el ítem más elevado, con 50,4%.

Es el primer dato anual completo que se conoce en lo que va de la gestión Cornejo (que volvió a difundirse en abril de 2016) y por eso su valor para entender el ritmo inflacionario en Mendoza es doble.

Con una variación del 2,5% en diciembre, a la postre la tercera más alta del año, el IPC (Índice de Precios al Consumidor) cerró 2017 con un acumulado del 24,6%, distante de la previsión inicial, y mayormente explicado por el ajuste de tarifas que contempla el ítem Vivienda y servicios básicos, Esparcimiento y el encarecimiento de coberturas de salud.

Los precios de Esparcimiento fueron los que en segundo lugar más aumentaron (29,1%) durante los últimos doce meses, incluido el 2,4% de diciembre. En este sentido, cabe destacar el efecto vacaciones, entradas al cine, teatro; esto es, el fenómeno estacional que juega en contra.

Durante 2017, Atención médica y gastos para la salud acumuló 28,7%, el tercer valor más alto de todos los ítems, mientras que cerró con 1,35 respecto a noviembre. Esto tiene que ver con la suba de prepagas autorizadas por el Gobierno nacional, en el orden del 27% acumulado (se viene otro 6% en febrero) y medicamentos.

Les siguieron en importancia Educación (24,6%), en buena medida por la actualización de cuotas regulares y aguinaldo en los colegios, y casi igual nivel; Transporte y Comunicaciones (21,7%) y Alimentos y Bebidas (21,6%).

El valor final que refleja el movimiento de precios durante 2017 deja muy atrás a aquél 17% de pauta oficial prevista en algún momento del año pasado, y que allá por setiembre había disparado las cláusulas gatillo de la discusión paritaria en la Provincia.

Entrado el tercer trimestre, la DEIE preveía una desaceleración que llevaría el índice a no más del 20% interanual. ¿Por qué se escapó tanto de la proyección? Para Alfredo Aciar, jefe de gabinete del Ministerio de Economía, la clave estuvo en la dinámica tarifaria.

“Los meses en que se ajustó, como diciembre y antes marzo y abril, marcaron picos inflacionarios que en forma directa, sobre el 24,6% anual, representa 3,5 puntos. A eso hay que sumarle el efecto indirecto o cascada en otros rubros”, analizó.

Para Aciar, frente a ese cuadro hay vías de escape como las cláusulas gatillo y las compensaciones o bonos. “Pasó con el comercio, que habiendo estipulado un 20 se acordó otro 6%. Si los paritarios son serios y cumplen, es una buena salida para cubrir este tipo de desfasajes, al igual que lo que se buscó hacer con el bono de 7 mil pesos que pagó la Provincia”.

El vaso, ¿medio lleno o medio vacío?

Pablo Salvador, doctor en Economía, explicó que la inflación de Mendoza “responde más a las decisiones durante todo 2017 del Gobierno nacional.

En este sentido, si se mira que fue menor que en 2016 -cuando cerró al orden del 40,3%- es un dato importante”. Sin embargo, declaró que se trata aún de un número alto y muy lejos de la proyección del Banco Central del 17%.

Al igual que los números que deja el IPC, Salvador señaló que la suba de combustible y servicios básicos, principalmente luz y gas, fueron la explicación a que el número tanto de diciembre como el acumulado se dispararan.

Esto tiene que ver con el problema de déficit fiscal del país que, “para ir reduciéndolo, han ido bajando los subsidios. Es el costo que vamos a tener que seguir pagando también este año”.

Asimismo, Salvador estimó que durante 2017 los salarios le ganaron en 3 ó 4 puntos a la inflación, y en promedio las paritarias en Mendoza cerraron al orden del 28%, algunos más y otros por debajo. Sin embargo, estimó difícil que durante 2018 eso se repita, y que será más factible que los salarios le empaten a una inflación que, según el Central, cerrará en 15,4% y según los especialistas en 20%.

El cuadro anual del IPC mendocino se completa con un 17,5% de Otros bienes y servicios, y 14,5% tanto para Indumentaria como para Equipamiento y Mantenimiento del hogar.

Para Adolfo Trípodi, presidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM), “la inflación claramente impactó en el bolsillo de los mendocinos. Esto se vio reflejado en el consumo y en las ventas durante todo 2017, que finalizaron con un aumento del 2% pero hasta noviembre venían de 20 meses de recesión”.

En cuanto al acumulado del IPC, el ítem Indumentaria y equipamiento para el hogar registraron una suba del 14,5%, un número quedó 10 puntos por debajo del acumulado. Según Trípodi ese número “está dado por la competencia con Chile”. Este fenómeno, sumado a la retracción del consumo, hizo que los comercios no aumentaran los precios de sus productos en línea con la inflación.

A su turno, Aciar aportó una mirada optimista del escenario 2018, a partir de una inflación estimada en torno al 17 o 18%. “Las ventas en supermercados y grandes superficies comerciales están creciendo un 5% real en Mendoza. Eso marca en cierta manera el efecto del salario real y un crecimiento de la economía, con lo cual la tendencia es a la normalización, con una senda consolidada que muestra al menos un 3% para este año”, remarcó.

Servicios, el rubro más inflacionario

Con el 50,4% de variación acumulada desde enero, los sucesivos ajustes en servicios para la vivienda, en particular gas y luz, fueron la locomotora inflacionaria del último año. De hecho, lo confirmó el 20% promedio retroactivo a diciembre que entre costo de abastecimiento eléctrico y VAD (Valor Agregado de Distribución) le puso un broche poco simpático al bolsillo para despedirse de 2017.

Pero también son los que más inciden. Producto de la quita de subsidios que todavía amortiguan el precio a pagar, con el 1,32, fue el capítulo, lejos, de mayor peso en el 2,5% del IPC en diciembre.

“El 2017 empezó con un ajuste a febrero en forma escalonada entre junio y noviembre. A partir del segundo escalón, se estipularon dos cosas: cobrar una la diferencia en 9 cuotas hasta julio de 2018, y un plan de obras adicional de diciembre a julio de 2017 no incorporado a la tarifa, una suerte de bono adicional por única vez”, reseñó Raúl Stasi, gerente general de Edestesa.

Las distribuidoras eléctricas de Mendoza preparan su estructura de costos para otra Revisión Tarifaria Integral en agosto que determinará los cuadros hasta 2023. Al respecto, Stasi consideró que “cerramos 2017 a un nivel razonable, y llegamos en buena posición para tratar la RTI quinquenal”.

Prepagas, para completar el podio

Sin contar los cambios de listas que las farmacias recibieron en sus vademécum, con los sucesivos ajustes autorizados a las empresas de medicina privada, el costo de las coberturas de salud treparon más del 27%. Los planes de salud de las compañías sumaron 5 ajustes en el año: en febrero (5%), julio (5%), agosto (6%), setiembre (5%) y diciembre (6%), pero sostienen que así y todo corren de atrás.

“Todo el aumento de tarifas de la medicina prepaga está dado por varios conceptos: el primero es la firma de la paritaria cada año en agosto, que luego dispara cláusula gatillo y nos deja pari passu con la inflación”, argumenta Víctor Cipolla, de OSDE.

Para Cipolla, otro factor que justifica los incrementos es la variabilidad del costo de medicamentos y tecnología a nivel internacional.

Por eso, los prestadores coinciden en que todavía existe una brecha de 7 u 8 puntos en relación a lo pretendido. Y que al cabo de 2017 el acumulado podría haber cerrado en no menos de 30%.

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