Implica una merma del 5,7% respecto a 2016. Representantes del sector afirman que la retracción es consecuencia de los aumentos de precios.
El sector vitivinícola cerró un año decididamente malo. Según estadísticas del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), en 2017 las bodegas comercializaron 65,8 millones de litros menos que en 2016, lo que significó una retracción del 5,7%.
La baja fue traccionada principalmente por el mercado interno, que representa más del 80% de las ventas totales. De acuerdo al último informe del Instituto, el año pasado se despacharon 891 millones litros de vino dentro del país, mientras que en 2016 esa cifra ascendía a 941,7 millones. La diferencia interanual fue de 50,7 millones de litros (-5,4%).
Si se analiza la baja del mercado doméstico por tipo de producto, se encuentra un protagonismo de los vinos varietales, que sufrieron una retracción del 7,4%, pasando de 205,9 millones de litros comercializados en 2016 a 190,6 millones en 2017. Fue importante también la caída de los vinos sin mención de varietal (-4,4%), que bajaron de 687,3 millones a 656,8 millones de litros en el período analizado.
En lo que respecta al mercado externo, la caída fue de 15,1 millones de litros. Las bodegas argentinas exportaron 207,1 millones de litros de vino en 2016 y 192 millones en 2017.
Aumentos de costos
La caída del sector vitivinícola es resultado de un escenario adverso formado por dos frentes: la situación económica general y los problemas propios de la industria.
En el plano económico se puede destacar la caída del nivel de consumo de toda clase de productos, provocada por la inflación y la caída del poder adquisitivo de los salarios, aunque en los últimos meses se han visto algunos indicios de recuperación.
En lo referido a la situación particular del sector, los problemas no escasean, pero sobresale el aumento de costos provocado por las malas cosechas.
Así lo afirmaron representantes de diferentes sectores vitivinícolas consultados.
Uno de ellos es Carlos Fiochetta, Gerente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), quien explicó que el volumen de uva logrado en 2017 (19 millones de quintales) provocó fuertes incrementos en el precio de la uva y aumentos de precios de los vinos en góndola. “Los consumidores no aceptaron los incrementos y compraron menos vino, pese a los esfuerzos de las bodegas para absorber los costos”, comentó.
Coincidió con esa lectura Sergio Villanueva, Gerente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA). “Llevamos dos años consecutivos con muy malas cosechas, lo que generó aumentos de precios de la uva demasiado altos. Eso, a su vez, ha llevado a que el vino subiera en la góndola más que algunos de sus competidores, como la cerveza y las bebidas saborizadas, lo que inclinó la balanza en contra de la industria vitivinícola”, indicó.
El análisis de los expertos se entiende mejor si se repasan los números que dejaron algunas cosechas. En los últimos diez años, la temporada de mayor producción fue la del 2007, cuando se lograron 30,9 millones de quintales de uva. Luego se registraron varias subas y bajas, pero en general se promediaron los 25 millones de quintales. La situación cambió en 2016, cuando las malas condiciones climáticas provocaron pérdidas masivas de uva y la producción bajó a 17,5 millones de quintales. Mejoró un poco el panorama en 2017, cuando se contabilizaron cerca de 19 millones de quintales de uva, pero siguió siendo una cosecha muy baja en relación a la media histórica.
“En otro contexto económico, el impacto negativo en las ventas no hubiera sido tan grande, pero con inflación y bajo poder adquisitivo, el problema se agravó”, opinó Villanueva.
También dejó su opinión Eduardo Sancho, presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi) y la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Fecovita). “Llevamos dos años de caída y la situación es verdaderamente preocupante”, comentó.
“Los aumentos de costos permanentes y la mala situación económica provocaron fuertes bajas de consumo que son muy difíciles de revertir. Para volver a crecer no solo debe mejorar el volumen de cosecha, sino que además debe bajar la inflación y tienen que haber cambios estructurales”, apuntó.
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