Tanto los activos fijos, que incluyen la bodega y los viñedos, como las marcas, serán controlados por la empresa con base en Barrancas.
Durante muchos años, la fachada de Bodega O. Fournier, una de las naves insignia de los diseños de los arquitectos Eliana Bórmida y Mario Yanson, representó todo lo que la nueva vitivinicultura argentina se traía entre manos.
Es que la imagen esta bodega que comenzó con su proyecto en 2001 y que formalmente se inauguró en 2005, encabezó las tapas de prestigiosos medios como Financial Times, New York Times y las especializadas, Decanter y Wine Spectator, y en muchos casos sirvió para graficar el cambio que se vivía en el sector.
Lo cierto es que la bodega, que era propiedad de la familia Ortega Gil Fournier, con origen en Burgos, España y que compró estas tierras en el año 2000 pasará a manos de los hermanos Agostino, quienes buscarán diversificar su negocio de vinos premium.
Así lo confirmaron a Los Andes tanto José Manuel Ortega Fournier, como el gerente general de Finca Agostino, Alfredo Matilla, quien aseguró que la transacción se terminó de firmar recién el jueves pasado.
Así las cosas, la sociedad formada por los hermanos Vincenzo, Rosalía, Sebastián y Miguel Agostino, que vivieron su niñez en Mendoza antes de instalarse con su familia en Canadá en los años ’60, adquirió tanto los activos fijos de O. Fournier como la marca y el pasivo que tenía la bodega.
“La operación se terminó de cerrar el jueves pasado bajo un estricto acuerdo de confidencialidad, lo que no nos permite develar los números de la operación. Sí podemos decir que nuestra idea es seguir trabajando con las marcas que ya tiene la bodega, que son Urban, Urban UCO, AlfaCrux, O. Fournier y B. Crux.
“Hace dos años que venimos alquilando la bodega para elaborar nuestros vinos de Valle de Uco, porque es un espacio que conocemos muy bien”, comentó Alfredo Matilla, gerente general de Finca Agostino.
Matilla contó a Los Andes que esperan concentrarse con las marcas que adquirieron de O. Fournier en el mercado de alta gama, lo que les permitirá seguir aumentando el mix de venta y vender a un mayor precio promedio la caja.
Se buscará reconvertir y poner en marcha los viñedos que tiene la bodega.
Desde la bodega de Barrancas, Maipú, confirmaron que José Spisso, histórico enólogo de O. Fournier, seguirá al mando de vinos de alta gama de Valle de Uco. Sin embargo, puntualizaron que la situación de los viñedos en general está complicada y que podrán en marcha una transformación en el área, lo que les permitirá generar mejor materia prima.
“En 2017 ya no se elaboraron vinos de O.Fournier en la bodega, razón por la cual algunos de los viñedos están de alguna forma abandonados. Además cuando se empezó con la bodega se plantó, por ejemplo, mucho tempranillo, algo que nosotros pensamos reenfocar”.
En tanto, José Manuel Ortega Fournier, quien era dueño junto con su familia y la cara visible de la empresa, comentó que tras la venta, seguirá trabajando en una bodega más chica que tiene en La consulta, que se llama Estefanía. Además, seguirá trabajando en la bodega familiar en España.
Ortega Fournier confirmó que también se retira del negocio del vino en el país trasandino la zona de Maule, en San Antonio.
“En Chile teníamos alquilada una bodega y un viñedo, pero también nos retiramos de ese negocio. Nos resultó imposible vender vinos de alta gama”, sintetizó el empresario.
Restaurante y wine partners, entre los proyectos a potenciar
Es conocido que la bodega que solía ser escenario de grandes encuentros empresarios y veladas de negocios, llevaba al menos dos años en decadencia.
Así lo describieron desde Agostino. En este sentido, Alfredo Matilla, sostuvo que tras la salida de la chef Nadia Harón, el restaurante tuvo varios cambios de personal, lo que deterioró en cierto modo, su gran prestigio. A esto se sumó que en 2017 no se elaboraron los vinos de la bodega.
“Nuestra idea es reflotar el restaurante porque es una excelente unidad de negocios para trabajar con turismo. Además también vamos a seguir manteniendo el programa de wine partners que se había desarrollado”, indicó Matilla.
Es que Ortega había desarrollado un programa a través del cual inversores de todo el mundo podían adquirir una parcela de viñedo (1 hectárea a 3 hectáreas) en el Valle de Uco y elaborar su propio vino, algo que en su momento resultó muy exitoso y atrajo desembolsos de inversores de Brasil, Estados Unidos, China y Uruguay entre otros.
“En ese proyecto hay, al menos, 20 marcas diferentes de vinos que se elaboran en la bodega, en donde se mantiene la identidad del producto y se envasa con la marca del socio. Nosotros lo vamos a mantener y en todo caso potenciar”, indicó el gerente general de Finca Agostino.