El dolor de un pueblo: Vecinos marcharon por las calles céntricas de Tunuyán. Se prendieron tantas velas como las puñaladas que recibió la empresaria.
La columna de una cuadra de personas que ayer marchó por la avenida San Martín de Tunuyán no reclamaba mayor justicia para Norma Carleti, ya que están de acuerdo con los pasos dados por la investigación.
Los más de 200 familiares y amigos que caminaron en absoluto silencio no despotricaron contra nadie, ni manifestaron su bronca. Sólo llevaron en alto su dolor, junto con los carteles negros y los globos blancos.
“Queremos echar luz”, fue la frase que repitieron todos, desde las pocas mujeres que se reunieron temprano en la esquina céntrica a repartir las velas; hasta la familia cercana.
“55 llamitas que echen luz sobre las 55 heridas que sufrió mi hermana. Queremos darle luz a su alma, para que descanse en paz y a la Justicia, para que siga en este camino”, dijo emocionada Rosana Carleti, hermana de la víctima del crimen que ha conmocionado al Valle de Uco y la Provincia.
Mientras ella hablaba, la mamá de Norma –Cessira Ferrari de Carleti-, sus nietos, su nuera, su hijo Germán y el resto de la familia colocaron 55 velas rodeando el gran cartel negro que rezaba en grande “creemos en la Justicia”.
Convocada por los mismos vecinos y amigos a través de las redes sociales, ayer se realizó la marcha por el asesinato de Norma Carleti. “Ella era muy buena. Mi novio la conoce bien, porque su mamá trabajaba para ella. Siempre fue muy gente”, comentó una chica joven, que salió a las apuradas de la universidad para llegar justo a tiempo a tomar un cartel y sumarse a la manifestación.
“No pueden pasar estas cosas en Tunuyán. Somos vecinas del departamento y queremos acompañar en el dolor a esta familia”, dijo Marcela, una señora que llegó temprano con su hija. “Estamos esperando que la Justicia haga su trabajo”, manifestó su hijo Germán Gómez respecto de la situación de Hisa, con quien -dijo- no han mantenido ningún tipo de diálogo.
El joven participó en silencio del acto y recibió los abrazos y las condolencias de la gente. “Hay muchísimas personas que no conozco, estamos muy agradecidos por el afecto”, dijo. Respecto a su madre, señaló que “venía con miedo desde hacía un año y medio, había sufrido amenazas psicológicas, económicas, etc.”.
“Ahora pienso que minimizamos sus temores, minimizamos lo que ella estaba sufriendo y sintiendo”, se reprochó su nuera Sonia Lambas, esposa de Gastón, el otro hijo del primer matrimonio.
Lambas la definió como “el pilar de la familia” y aseguró que siempre mantendrán vivos los mejores recuerdos. Dijo que el mediodía del domingo, que terminó en la tragedia, ella la llamó porque un perro había mordido a su hijo. “Cuando llegué al hospital, ella ya había organizado a los enfermeros y luego cuidó a mi hijo, mientras yo hacía la denuncia.
El gran cartel, portado por los familiares cercano y los abogados Avalos que llevan adelante la querella, recorrió las cuadras hasta la plaza, donde, se encendieron las velas.