Las investigaciones han hallado material perteneciente a pueblos nativos y unas 25 rocas grabadas.
Encontrar registros de pueblos nativos que habitaron la zona, para confirmar lo que expresan documentos coloniales acerca de los huarpes, por ejemplo, contribuye al patrimonio cultural de un lugar, y a darle mayor identidad. Eso es posible hoy en Tupungato, gracias a que están surgiendo nuevos sitios arqueológicos.
Profesionales trabajan ahora en tres zonas en donde se encontraron desde grabados en roca hasta rocas grabadas.
Más allá de continuar con las investigaciones, a la par se busca que los mismos pobladores conozcan y revaloricen la historia de la población prehispánica; que resguarden estos sitios que en algunos casos son vírgenes y que los resultados de los trabajos puedan ser útiles también para el sector turístico. Para ello, se dieron hace unos días dos charlas informativas libres y gratuitas.
Las rocas grabadas.(Gentileza andres rocha)
“Tupungato fue un centro que concentró una población importante de pueblos nativos, de huarpes, lo que se está evidenciando en el registro arqueológico a través de estas nuevas investigaciones. De este modo se está poniendo en evidencia la gran riqueza del patrimonio cultural que tiene el departamento y que merece ser valorado desde diferentes aspectos, tanto científicos como turísticos”, aseguró Andrés Rocha, licenciado en Historia y especializado en arqueología, quien estuvo al frente de las charlas en el Centro Regional Universitario tupungatino.
Este profesional dio a conocer tres nuevos sitios donde se han estudiado secuencias de ocupación correspondientes a distintos períodos históricos. Estos están ubicados en el distrito El Zampal, en el costado sur del río Anchayuyo; en La Arboleda, sobre la ruta 88 en la zona conocida como Dubois, y en la intersección de la ruta 86 y la calle La Pampa, en el límite entre Tunuyán y Tupungato.
En este último punto geográfico, que está enmarcado en la cuenca del río Las Tunas, es donde se han hecho importantes hallazgos, vinculados a rituales religiosos y simbólicos. Hoy persisten 25 rocas de grandes dimensiones con grabados rupestres que consisten en incisiones lineales y otras con cavidades más grandes que se han denominado “tacitas”.
“Este tipo de grabados se ha encontrado a lo largo de toda América, desde México hasta la Patagonia, y en distintas partes del mundo. Es un patrón casi universal, se interpretan como motivos relacionados a ritos de fertilidad de la tierra donde en esos cuencos se podían poner ofrendas, como también podían ser contenedores de agua. Hay una expresión semántica entre el agua y la roca, lo duro manteniendo algo liquido adentro”, explicó Rocha al destacar la necesidad de comprender al hombre que vivió en el pasado, no sólo en aspectos económicos y de extracción de recursos.
“Esto permite análisis de nuevas corrientes arqueológicas para acceder al pensamiento simbólico de los pueblos prehispánicos sin necesidad de imponer parámetros modernos”, dijo el licenciado que trabajó en La Pampa desde 2015 como parte de un equipo de investigadores y profesores de la Universidad Nacional de Cuyo y del Conicet.
En Tupungato hay varios sitios arqueológicos más en los que ya se venían estudiando secuencias de ocupación correspondientes a sociedades tempranas, y hasta el proceso de ocupación inca.