Por el hecho están encarcelados la madre de la menor y un hombre acusado de ser el abusador. La víctima y sus cuatro hermanos están con su abuela en Junín, donde la Comuna asistió a la mujer y a sus nietos
Una niña de apenas 11 años cursa un embarazo de varios meses tras haber sido violada por un adulto en el departamento de San Carlos, donde ella vivía con su madre y sus hermanos.
El caso de abuso sexual ha resultado en una verdadera tragedia familiar porque además del acusado de violador, que fue detenido y está preso, fue a la cárcel la progenitora de la menor, a quien se la acusó de haber sido partícipe necesaria y facilitadora de la violación.
Tras el descubrimiento de lo ocurrido los organismos del Estado, tanto el OAL (Órgano Administrativo Local) como la Justicia actuaron rápidamente.
La menor y cuatro hermanos fueron puestos bajo la guarda de sus abuelos, que viven muy lejos del Valle de Uco, en una recóndita zona rural del departamento de Junín.
Esta triste realidad se destapó, luego de que una maestra del Este mendocino, vinculada a la escuela donde la menor cursa sus estudios primarios junto con sus hermanos, posteó un audio pidiendo ayuda urgente para estos niños que estaban en clara emergencia social.
El audio se viralizó en las redes y llegó a oídos del intendente de Junín, Mario Abed, quien intervino personalmente, se dirigió hasta la escuela donde están escolarizados la menor abusada y sus hermanos, se entrevistó con la directora y tras ponerse al tanto del caso envió al equipo de Desarrollo Social a la humilde vivienda de la familia, donde les entregaron lo necesario para que estén un poco más cómodos.
La fiscalía espera
La investigación penal por la violación de la niña está en manos del ayudante fiscal del Valle de Uco Adrián Frick.
Este aguarda que la menor sea entrevistada por un equipo de psicólogos en cámara Gesell para poder conocer en qué circunstancias se ejecutó el abuso.
Es que aún en la fiscalía no tienen en claro la relación de la niña y el violador, ahora detenido: si es un allegado a la madre, si es el padrastro de la menor o su padre biológico.
La hipótesis inicial es la primera, que se trataría de un allegado. La versión de a oídas que se maneja es que el abusador no tendría relación con la madre sino que directamente habría buscado tener una relación con la niña de 11 años, se desconoce en que términos, si una relación sentimental o solo contacto sexual.
En ambas opciones la madre está tachada con un rol clave ya que habría facilitado que esta situación se concretara o al menos eso se sospecha de ella.
Como sea, allegado, padre o padrastro, el delito es igualmente el de violación, que tiene una pena de 5 a 15 años de cárcel.
Si se comprobara que el abusador tiene vínculo filial con la víctima, la imputación se agravaría por el vínculo.
Si no fuera la pareja de la madre y se probara que convivía con ella y la menor, se agravaría por su deber de guardador que tiene sobre los menores del hogar.
En ambos casos la pena se eleva considerablemente respecto de la inicial de cinco años.
Sin embargo, los investigadores aún desconocen si la niña era abusada por primera vez o ya era víctima recurrente, si la convencieron de que debía acceder, si era prostituida, si fue atacada.
En este tipo de casos, cuando las víctimas son preadolescentes, es común de parte de los acusados alegar que se trató de una situación consentida.
No es el caso puntual de esta menor, pero cualquiera haya sido la situación, si hubiese existido algún consentimiento de la víctima, inocente o no de lo que le estaban proponiendo, igualmente para el Código Penal no son válidos.
Los consentimientos para contactos sexuales dados por menores de 13 años no tienen ningún peso ni justificación.
El Código Penal dice que esos casos serán tratados como violación y por lo tanto castigados como tales.