La diputada mendocina y médica neonatóloga Patricia Galván, militante de la agrupación de médicos a favor del aborto, explicó que el riesgo para la mujer será mínimo si se hace en las condiciones adecuadas.
“He visto llegar a mujeres que intentaron abortar con agujas, tallos de perejil o el alambre de una percha. Muchas murieron y otras quedaron con graves secuelas”. La frase corresponde a la diputada provincial Patricia Galván, médica neonatóloga con 30 años de experiencia y miembro de la flamante agrupación de médicos a favor del aborto legal.
La mujer, de 62 años, tiene un largo camino recorrido en la política y en los hospitales, que comenzó cuando se decidió a estudiar medicina. En la facultad conoció a quien se convertiría en su esposo y mientras cursaba tuvo 2 hijos. Para sustentarse y sin tener un título aún, trabajó en el hospital Rawson, un nosocomio cordobés rodeado de barrios vulnerables. Fue allí donde tuvo su primer encuentro con una cruda realidad que la cambiaría para siempre.
“En el hospital constantemente caía alguna mujer con un aborto en proceso. Llegaban medio muertas y con fuertes infecciones. A algunas las pudimos salvar” contó.
Hubo dos casos que la marcaron. Uno fue en Córdoba donde –contó- en el patio del hospital Rawson encontraron una bebé nacida en término y todavía dentro de la placenta, tirada en un tacho de basura. La pequeña sobrevivió.
El otro hecho fue a mediados de los ’80. “Cuando atendía en General Alvear, las jóvenes entraban a guardia para ser asistidas producto de un aborto mal hecho y los policías llegaban detrás de ellas para esposarlas a la cama y detenerlas”, expresó.
Patricia Galván es viuda, dio a luz a cuatro hijos, vive viajando entre San Rafael y Mendoza y pertenece al bloque del Frente para la Victoria y es militante de la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir
“Pertenezco a grupos que tienen una impronta innovadora y diferente a la mirada hegemónica y de superioridad que prima en el sector”, argumentó
Explicó que el riesgo de abortar es mínimo si se garantizan las condiciones adecuadas y lo hacen personas capacitadas. Indicó que legalmente y bien hecho es algo sencillo.
“Esta iniciativa es de gran importancia porque de aprobarse establecerá las condiciones adecuadas y el riesgo de un aborto bien hecho es mínimo, abortar será como sacarse una muela”, agregó.
La neonatóloga explicó que cuando el aborto se hace de manera clandestina, las secuelas son terribles ya que la mayoría de las pierden el útero. Indicó que no sólo es el trastorno emocional por la práctica sino que también se les suma el hecho de estar al borde de la muerte por los métodos utilizados.
Recordó que hace años una joven santafecina quedó embarazada cuando atravesaba la quimioterapia y murió esperando que le autorizasen el aborto para poder continuar su tratamiento contra el cáncer. Frente a esto, la legisladora Galván dijo que la iniciativa es fundamental como política de salud pública y como derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo.
Actualmente, forma parte del entorno político del diputado nacional Guillermo Carmona. En 2015 formaron una lista en San Rafael que la llevó a ocupar una banca en la cámara Baja. Resaltó que ella, como todo legislador, debe dejar las creencias personales de lado y responder a lo que la sociedad les pide.
La diputada apoyó a los profesionales de salud que no quieran realizar la práctica, pero manifestó que el Juramento Hipocrático no es una razón. Apuntó que muchos médicos lo usan cuando les conviene y que lo citan porque no tienen más motivo que algo personal. Aclaró que no tiene nada en contra de quienes se oponen, pero no le parece correcto difundir informaciones falsas.
“Hay clínicas en donde se cobran 30 mil pesos para abortar. Incluso muchos se desgarran las vestiduras oponiéndose, pero su accionar no va de la mano de lo que dicen”, concluyó.
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