Ayer, los brigadistas trabajaron todo el día en la extinción del fuego en la falda sur del cerro Gateado.
Las pérdidas del reciente incendio en el Cerro Arco e inmediaciones son incalculables. No solamente en lo que respecta a superficie (más de 1.500 hectáreas, y hasta ayer por la tarde seguían combatiendo un foco en el Cerro Gateado -al norte del Arco y lejos de zonas pobladas-); sino también en lo que se refiere a biodiversidad.
Según indicó la investigadora del Conicet en el Iadiza, Daniela Rodríguez, en lo referido a flora se perdieron forestales como algarrobos, chañares y jarillas -además de pastizales-, que son fundamentales para el control aluvional (sus grandes raíces absorben gran cantidad de agua y funcionan como barrera).
Pero el quiebre en la fauna será clave también, ya que los animales pequeños (roedores, reptiles y anfibios) fueron consumidos por el fuego; mientras que las especies más grandes –pumas, zorros y gatos- migraron hacia otros sitios.
“Si no hubiese estado la calle que marca el inicio de la urbanización (la ruta que vincula El Challao con Papagayos), se hubiese expandido aún más el incendio”, indicó la especialista, quien es profesora de Ingeniería en Recursos Naturales en la facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo.
Pérdidas
Teniendo en cuenta que no existe un minucioso estudio sobre la cantidad de ejemplares que componen el ecosistema en esa zona del pedemonte, resulta difícil contabilizar o dimensionar en porcentaje la pérdida. De hecho, Rodríguez destacó que se trabaja en base a hipótesis, conociendo los hábitos de estas especies.
“El sistema del monte es altamente frágil. Las urbanizaciones, el impacto de la ganadería o del turismo -con los caminos que se abren para el enduro, por ejemplo, generan cambios”, dijo Rodríguez y destacó que el pedemonte es clave para el control aluvional y que estas intervenciones afectan de forma negativa.
“Este año ya hubo un aluvión muy importante en la zona de Villavicencio por toda estas acciones. Son cosas que ya están pasando, pero nos seguimos comiendo el pedemonte”.
A esta problemática de larga data se suma ahora la del incendio, y que -de acuerdo a las palabras de la investigadora- va a generar un efecto muy fuerte en la provincia.
“La fauna es muy diversa, desde pumas hasta roedores como los cuises, los tucu tucu y los piches. Las especies que son pequeñas no pueden escapar del fuego. Y las que son más grandes -pumas, gatos y zorros- pueden haber corrido. Pero ahora buscan otros ambientes, y esa migración va a generar efectos en zonas no quemadas. Porque son zonas que hoy tienen a otros seres vivos, ya con su ecosistema. Ahora se van a sumar más especies, el alimento no va a ser suficiente para ambas, por lo que también va a generar pérdidas”, resumió la investigadora,quien incluyó en la lista de víctimas a los huevos de aquellas aves que anidan en el suelo (teros, jotes y lechuzas vizcacheras).
“El tucu tucu, por ejemplo, es un ingeniero del ecosistema ya que con sus cuevas genera una remoción del suelo. Hasta allí habrá un fuerte cambio”, resaltó. En cuanto a la vegetación, la investigadora se detuvo en el rol clave dentro del ecosistema.
“La consecuencia más fuerte se va a evidenciar en la contención aluvional. Las raíces del algarrobo son clave para la contención. Sin ellas, no sólo que no existe esta barrera sino que también se ven afectadas otras especies que dependen de ellas. El nivel de regeneración del algarrobo es muy lento” destacó.
Incluso, Rodríguez indicó que los problemas en la flora van a afectar en la fauna, ya que al desaparecer las especies leñosas, arbustivas y de pasto, migran las especies que no tienen alimento. Y no van a volver hasta que no se regenere, por lo que se interrumpe el ecosistema.
“La recuperación es un proceso que se va a dar muy lento. Y la regeneración va a depender en gran parte de las semillas que quedaron vivas, o de las plantas que no murieron. Estamos estudiando en Villavicencio efectos post fuego, y en algunas zonas donde ya pasaron 10 años sólo se han regenerado pastos. Entonces, solo vuelven las especies que pastorean. Incluso estamos estudiando ecosistemas post fuego en los que ya pasaron 50 años, y no sabemos si han alcanzado la estabilidad plena”, sostuvo.
Y agregó: “en 3 meses va a haber fauna otra vez en la zona afectada, pero no con la diversidad de antes. Solamente estarán las especies que se amolden. Y va a depender de que no haya una secuencia de sequía, porque si no la recuperación va a ser más lenta”.
Asados prohibidos
La investigadora del Iadiza destacó que, teniendo en cuenta la superficie quemada, lo mejor que se puede hacer es trabajar para que la próxima temporada no se registre un episodio similar. “Es fundamental trabajar en picadas corta fuego. La pérdida del ecosistema no es tan evidente como la paisajística y visual. Es clave insistir en que no hay que hacer asados donde no está permitido o no hay infraestructura”.
Contienen las llamas en el cerro Gateado
Desde el Plan Provincial de Manejo del Fuego, informaron que el incendio en el Cerro Gateado está contenido y para hoy confían dominar completamente la situación, si las condiciones meteorológicas acompañan.
Es que hay alerta de Zonda para hoy, por este motivo ayer trabajaron 50 brigadistas intensamente en la zona, con la intención de extinguir los nudos de incendios que se mantenían en El Gateado. La base del operativo se instaló en la reserva Divisadero Largo y participó personal del plan provincial de Manejo de Fuego, y bomberos del cuartel central y de Luján y Las Heras.
En vuelos ininterrumpidos a bordo de 2 helicópteros Lama, los efectivos llevaron mochilas con agua y todo el equipamiento al Gateado para allí combatir las llamas. Mientras volaron estas naves no operaron los aviones hidrantes en la zona (es imposible superponer vuelos), por lo que el total del trabajó ayer estuvo afectado al “combate directo” comandado por los brigadistas.
El operativo, coordinado por Defensa Civil, se hizo en conjunto con la Fuerza Aérea Argentina, y fueron ellos quienes dispusieron de los dos helicópteros para las acciones.
Ayer a la siesta el nudo de incendio estaba controlado, pero no extinguido.
“En el cerro se está haciendo trabajo de ataque directo hacia el fuego. No se está haciendo ‘contra fuego’ como se empezó a decir”, resumió el director de Defensa Civil de la provincia, Daniel Burrieza.
“Estábamos a 4 horas caminando hasta la cima del Gateado. Hoy pudimos coordinar el trabajo con la Fuerza Aérea, y con los helicópteros es posible estar en el lugar en 6 minutos. Cada vuelo lleva a 3 brigadistas”.