Lo impulsan las CTA y Camioneros, los sectores más combativos, con la venia de la CGT. El balance del paro de ayer.
Después del paro, la única certeza es la incertidumbre: “Si no sabemos para dónde va el país, cómo podemos decir cómo sigue esto”, respondió Héctor Daer después que este diario le preguntara al pie del palco del escenario del Salón Felipe Vallese -primer piso de la histórica sede de la CGT- cómo seguirá la relación con el Gobierno nacional a partir de hoy.
El triunviro acababa de hacer un balance por demás positivo del paro general de ayer, segundo del año (el anterior fue el 25 de junio), cuarto en casi tres años de la administración Cambiemos, por parte de la conducción de la central caracterizada por el “equilibrio”; un juego al que otros sectores sindicales no dudan en calificar de “oficialista”.
Junto a Daer estuvieron en la conferencia de prensa sus pares Juan Schmid y Carlos Acuña y la mayoría del consejo directivo de la CGT, entre ellos el estatal Andrés Rodríguez (UPCN), único del sector “independiente”.
Tres horas antes, un balance similar pudo escucharse en el cuarto piso del sindicato de camioneros, a unas veinte cuadras de la CGT. Como para volver a mostrarse con la iniciativa (lo habían hecho el lunes, al primerear con un paro de 36 horas y un acto masivo en Plaza de Mayo), el flamante Frente Sindical para un Modelo Nacional (FSMN) había definido de “altamente positiva” la adhesión al paro, según palabras de Pablo Moyano.
A su lado estuvieron el bancario Sergio Palazzo (Corriente Sindical Federal), losCTA Hugo Yasky y Pablo Micheli (aclaró su dicho del lunes, interpretado por muchos como “golpista”), el mecánico Ricardo De Simone (Smata) y el docente Roberto Baradel; a ellos se sumó sobre el final el dueño de casa, Hugo Moyano.
El sector combativo de la CGT que adhirió junto a las CTA y los movimientos sociales al paro que tuvo que convocar el triunvirato, ratificó además su decisión deimpulsar otra huelga general antes de fin de año, según dejó trascender uno de sus dirigentes (en noviembre se hará aquí la cumbre mundial del G20). Esa posibilidad la dejó abierta la conducción cegetista, en tanto sostuvo en palabras de Schmid que “si no hay plan B (de parte del Ejecutivo en cuanto a cambios en la política económica), tampoco va a haber tregua con el movimiento sindical argentino”.
Distantes del discurso abiertamente “beligerante”, y hasta “desestabilizador” que le atribuyen algunos al frente encabezado por Moyano, los dirigentes cegetistas se mostraron ayer con un tono desafiante hacia el Gobierno, no visto por caso tras el paro de hace tres meses. En ese sentido, Daer y Schmid se pusieron por encima de la interna sindical y en cambio valoraron la unidad en la acción; hasta reconocieron las decisiones de las CTA y las organizaciones sociales, incluso por la protesta del lunes.
Daer confirmó que durante la jornada no recibieron llamado alguno oficial ni extraoficial del Gobierno, en particular del ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, a cargo de la relación desde que Jorge Triaca fue devaluado junto al ministerio laboral a la condición de secretaría. Tampoco se mostró esperanzado de que un eventual diálogo pueda tener resultados, dada la experiencia en los años de Gobierno macrista.
Además le pidió a Macri: “No piense en la reelección y en la fantasía de los globos, piense en gobernar que los próximos meses van a ser muy duros y más aún los que faltan hasta diciembre de 2019”. Y llamó otra vez a un cambio: “Hay antecedentes en el mundo y en la Argentina de que cuando se siguieron estas políticas corrió riesgo la institucionalidad de nuestra república”.
La renuncia de Luis Caputo al frente del Banco Central tuvo igual caracterización desde ambos sectores sindicales. “Muestra una crisis descomunal en lo económico y político en el país, que avanza arriesgadamente en el plano social. Es una irresponsabilidad absoluta, y si fue un pedido del FMI es de una gravedad muy grande porque entonces demuestra mucha fragilidad institucional”. Pablo Moyano había dicho sobre la salida de Caputo: “Quedó claro que es el FMI quien manda en el país”.
El Gobierno minimizó la protesta
Desde el Gobierno se buscó desconocer los motivos del paro general al atribuirlo a “una dirigencia (sindical) teñida de intereses políticos y electorales”, dijo el ministro Sica.
“Después de hoy seguiremos manteniendo el diálogo, trabajando en los temas que nos preocupan como el empleo y la actividad económica”, prometió.
Tanto él como Triaca y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, prefirieron en cambio hacer foco en la supuesta afirmación desestabilizadora que Micheli hizo el lunes.
Claves
Incertidumbre. “Si no sabemos para dónde va el país, no podemos decir cómo sigue esto”, dijo Héctor Daer (CGT) sobre el futuro de la relación con el Gobierno.
Desafiantes. El triunvirato de la CGT se mostró ayer más duro con el Ejecutivo nacional que durante el paro general que realizaron hace tres meses.
Balance positivo. Así evaluó el paro general de ayer Pablo Moyano, del flamante Frente Sindical para un Modelo Nacional (FSMN).