Aguas Mendocinas licitará los medidores, con tecnología de fibra óptica, para premiar el ahorro y castigar el consumo excesivo.
Aguas Mendocinas abrirá una licitación de 160 mil medidores de agua antes de fin de año con la intención de bajar el consumo y lograr un servicio sustentable en el tiempo.
“Se trata de dos grandes obras. Una de agua no contabilizada en el Gran Mendoza y la otra de renovación de la red de la cuenca Campo Espejo. Antes de fin de año vamos a licitar la consultoría de ingeniería y los medidores. El año que viene se licitará la colocación e instalación de los microductos y cajas”, explicó el titular de Aysam, Richard Battagión.
Los dos proyectos suman una inversión de 200 millones de dólares. Al principio se iban a incluir en la lista de emprendimientos de participación pública-privada (PPP), pero después la Secretaría de Infraestructura y Política Hídrica de la Nación llevó las obras a la lista de pago diferido.
De esa manera, un 70 % del dinero saldrá del Fondo Fiduciario de Infraestructura Hídrica de la Nación y un 30 %, de la Provincia. El convenio marco se firmó entre el gobernador y el secretario de Infraestructura y Política Hídrica de la Nación, Pablo Bereciartua.
“Estamos trabajando en programas de agua contabilizada. Vamos a construir un sistema para verificar las pérdidas y contabilizar el recurso para optimizar su uso. Esto va a trasladar la responsabilidad a los ciudadanos y a las empresas”, explicó Alfredo Cornejo en agosto en el acto oficial.
“Así vamos a ahorrar agua y optimizar el uso como lo necesitamos. Mendoza lleva su octavo año seguido de emergencia hídrica. Para cuidar el agua debemos tener una mirada estratégica y como resultado de ese proceso habrá un valor muy razonable con una tarifa social muy amplia”, agregó.
Con respecto a las tarifas, Battagión no dio detalles finos pero sí afirmó: “Cuando podamos medir cuánto gasta cada uno vamos a premiar el ahorro y castigar el consumo excesivo”.
Cómo será la obra
A partir de un diagnóstico que indica que la red distribuidora se encuentra deteriorada (edad promedio de 35 años), con un elevado porcentaje de pérdidas y conexiones clandestinas se decidió plantear el proyecto de “Agua no contabilizada”.
La iniciativa incluye la renovación de redes y conexiones del Gran Mendoza, un sistema de macromedición (para detectar fugas de caudales y obtener datos certeros en cuanto a volúmenes, presiones y niveles de agua) y micromedición para implementar un régimen tarifario de servicio medido al 100%.
La idea es que el año que viene, de 250 mil conexiones, al menos 150 mil paguen por consumo. Según el proyecto la obra tiene un plazo de ejecución de 36 meses e involucrará a 717 mil mendocinos que viven en Ciudad, Godoy Cruz, Las Heras, Guaymallén, Chacras y La Puntilla.
Para cumplir con los tiempos, desde Aysam quieren licitar la consultoría de ingeniería y 160 mil medidores antes de diciembre. Y en los primeros meses de 2019 abrir las licitaciones de colocación e instalación por departamento.
La novedad que no tiene antecedente en el país es que a la red de agua y saneamiento (cloaca) se le sumará un tercer nivel de fibra óptica para medir el consumo. En el edificio de la calle Belgrano lo llaman “triple play”.
Y este apodo para el proyecto no es casual porque al agregar este tubo, Aysam se convertirá en operador neutro de fibra oscura (fibra óptica sin uso). Entonces, por esa misma línea que controlará el consumo también llegará a los hogares internet, teléfono y cable de distintas empresas.
“Es un nuevo modelo de negocio. Por cada casa conectada vamos a tener una renta de entre 1 a 3 dólares. Si se conectan 150 mil usuarios vamos a tener un ingreso mensual de entre 150 mil a 450 mil dólares”, comentó Battagión.
Pero la ventaja no va a ser solo económica, también se tiene en cuenta el orden y control de los espacios públicos.
En vez de que cada empresa haga su propio cableado, Aguas Mendocinas pondrá una caja por manzana y llegará con microtubos a cada casa. Además, toda la obra será subterránea.
Las empresas de telefonía, televisión e internet se deberán conectar la terminal de línea óptica (OLT) –que se instalará en el edificio de Aysam o en el Parque San Martín– y desde allí se distribuirá el servicio.