Por las altas temperaturas la DGE asegura que los directivos son libres de acordar con los padres un vestuario que no sea el uniforme.
Las altas temperaturas y las condiciones en que deberán afrontarse en las escuelas es uno de los principales reclamos luego de la decisión del gobierno provincial de adelantar el comienzo del ciclo lectivo 2019 al 18 de febrero.
Ante esto, desde la Dirección General de Escuelas dijeron que cada colegio podrá decidir, si así lo desea, acordar un vestuario alternativo al uniforme con los padres si es que eso les parece adecuado.
Lo señaló a Los Andes Graciela Orelogio, jefa de gabinete, quien aclaró que el área no emitirá resolución alguna al respecto. Desde su punto de vista, estos cambios no serían necesarios si se tiene en cuenta que hay muchas instituciones públicas que ya no usan guardapolvo sino que llevan uniforme, y que en esos casos suelen tener uno para la época de calor. Lo mismo sucede en escuelas privadas. Por eso consideró que en febrero podrán usar lo mismo que llevan actualmente.
“No habría una normativa que sacar al respecto y siempre hay libertad en eso, no hay reglamentación inflexible y son decisiones de la instituciones”, resaltó.
Las autoridades de cada colegio podrán también decidir cómo se actúa ante cada caso de acumulación de faltas, ya que la DGE tampoco emitirá resolución alguna sobre el asunto.
Es que muchos padres han puesto el grito en el cielo porque se les acortaron las vacaciones o porque ya tenían otras actividades planeadas para los últimos días de febrero, como viajes. Los comentarios apuntan a que muchos optarán por hacer faltar a los chicos. En esos casos las faltas serán contabilizadas, aunque podrían justificarse, aunque como resultado final podrían sumarse muchas durante el ciclo.
La funcionaria señaló que se ha instalado cada vez más la costumbre de hacer pequeños viajes durante el año y que esto sería una situación análoga. Pero de todas formas explicó que los padres podrán acercarse y tratar su caso particular con la dirección.
“Se firma un acta con la escuela y la falta es justificada en la medida en que los padres se acerquen y se comprometan a que el alumno se reincorporará con las tareas copiadas y a rendir los exámenes que se hayan perdido”, detalló.
Y agregó: “Si el chico falta a clases hay que dejarlo asentado por un montón de factores, como el seguro”.
El asunto es que de todas formas las faltas se acumularán, lo cual es más problemático para el nivel secundario, cuyos alumnos tienen un límite máximo de inasistencias. En primaria esto no existe. De todas formas, si se acumulan varias habrá que firmar actas tal cual estableció esta gestión.
Orelogio dijo que si bien no se ha considerado la posibilidad de extender la cantidad de inasistencias no negó que pueda considerarse. Sobre todo destacó que la intención es que las situaciones se resuelvan para que el alumno permanezca en el colegio.
Infraestructura: ¿qué pasa con las obras?
Otro de los interrogantes ante el adelanto es qué pasará con las escuelas que requieran obras de infraestructura en verano, si los alumnos llegan antes.
Emilio Pastorino, subdirector de Mantenimiento y Reparaciones de Escuelas de Infraestructura Escolar, dijo que el cambio los afecta sólo levemente. Dijo que los arreglos chicos podrán terminarse a tiempo con sólo apurarse un poco.
En tanto los trabajos más grandes suelen requerir más que sólo los meses de vacaciones por lo que es habitual que muchos se hagan cuando se está en época de clases.
De los 1.203 edificios que tiene la DGE, 111 escuelas requieren arreglos importantes como el sanitario completo nuevo, techos o arreglos eléctricos.Por otra parte 200 recibirán intervenciones menores que se harán en verano.
En cuanto a los ventiladores Orelogio dijo que son pocos los colegios que no tienen y que los directivos podrán solicitarlos para anticiparse al comienzo del ciclo.
¿A la escuela en malla?
La modificación ha generado reclamos de alumnos, padres y docentes y las redes sociales han sido el escenario donde más se han manifestado
Cuestionan que haya que ir en pleno verano, que las instalaciones edilicias no siempre son cómodas para estas condiciones climáticas y que ya se habían organizado las vacaciones, entre otros asuntos.
“Trabajo en un colegio urbano-marginal, donde te morís de calor, no hay ventiladores”, comentó una docente, quien con un gesto se anticipaba a lo que sería febrero.
“No voy a mandar a mi hijo a la escuela porque no está equipada para el calor, hay sólo algunos ventiladores”, comentaba Daiana Sosa, mamá de un alumno de la escuela Bombal que está en obra, y por lo cual comentó que los alumnos han sido trasladados y “amontonados” en pocas aulas de un edificio cercano.
Desde Infraestructura Escolar aseguran que la mayoría de los colegios están en condiciones . Explicaron que en zonas donde hay problemas de abastecimiento de agua hay cisternas. En tanto, Orelogio dijo que si desde la escuela avisan que no tienen agua, se les acercarán bidones.
Las escuelas privadas no son controladas por Infraestructura Escolar sino por los municipios. Ante algún inconveniente los padres deberán hablarlo con los directivos en primera instancia y con la supervisión si no obtienen respuestas.
Correas prioriza la asistencia en las condiciones que se pueda
Para el director General de Escuelas, Jaime Correas, “los chicos más vulnerables son los más beneficiados”. Así lo aseguró ayer a radio Mitre Mendoza, en el marco de los cuestionamientos por el adelantamiento del inicio de clases.
Dijo que “ese debate entre calidad y cantidad es un poco artificial. Por eso los países se preocupan por la cantidad de horas y de días que tienen y qué cantidad tienen los países que les va mejor”.
Hizo referencia a las condiciones edilicias y los ventiladores vandalizados en los colegios. “Obviamente que mientras mejores condiciones tengamos será mejor, pero la verdad es que la decisión de fondo es tener mayor cantidad de días de clases”, dijo.
SUTE protestó por el cambio
El Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación marchó por el centro de la Ciudad de Mendoza para mostrar su oposición al aumento de jornadas escolares. La postura es que “cantidad (de días) no es sinónimo de calidad”.
“Tenemos un problema de cantidad excesiva… de tareas. Y esto conspira contra la calidad”, dijo el secretario general, Sebastián Henríquez.
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