Los números desde el último fin de semana de 2018 son superiores a los de la temporada anterior.
Pese a no ser un destino de playa -requisito indispensable para muchos viajeros a la hora de programar sus vacaciones de verano-, Mendoza resulta atractiva en época estival. Al menos así lo evidencian las cifras del Ente Autárquico de Turismo local (EAT), que muestran que desde el primer fin de semana del año (más el período comprendido entre el viernes 28 y el lunes 31 de diciembre del 2018) casi 220.000 visitantes eligieron la provincia para vacacionar. Actividades de montaña, turismo aventura y bodegas son los imanes para los veraneantes, quienes ocuparon la reserva hotelera entre el 70% y el 75% durante los primeros 20 días de enero.
Muchos de los paseantes consultados por Los Andes tuvieron algunas críticas en cuanto a los precios de alojamiento y gastronomía, aunque -en términos generales- la mayoría coincidió en que no está “ni más caro, ni más barato” que otros destinos.
Más que en 2018
“El año pasado, enero terminó con una ocupación turística promedio de 66%. Mientras que estimamos que este enero termine con un promedio cercano a 75%”, destacó la presidenta del EAT, Gabriela Testa.
En alta montaña, en tanto, comerciantes y prestadores turísticos indicaron que a esta altura del año en 2018 se evidenciaba un mayor movimiento de visitantes en Uspallata y Potrerillos. “Esperamos que en febrero repunte. Al menos en alojamiento observamos que hay más reservas”, confió Nicolás, de Potrerillos Parador.
Para todos los gustos
La foto de ocupación hotelera en Mendoza no es fija ni constante. Por ejemplo, en el Gran Mendoza, la primera semana de enero el índice llegó a 75%, con mayor preferencia por los hoteles de 3, 4 y 5 estrellas. En San Rafael y el Sur provincial, en tanto, el movimiento se intensificó después del 6 de enero, con una ocupación cercana al 70%.
En Valle de Uco se acerca a 75%, mientras que en Alta Montaña -según registros del EAT- es de casi el 80%.
“Este año se ha observado que vienen más chilenos que otros años a Mendoza. Y también muchos visitantes de Buenos Aires y de destinos extranjeros como Brasil, España, Francia o Alemania. Vienen muchos andinistas atraídos por el Aconcagua”, destacó Testa, quien resaltó que ha aumentado 45% la venta de boletos para ese parque en comparación con la temporada pasada.
Incluso, mientras que para la temporada de verano pasada la proporción era cercana a dos extranjeros cada ocho argentinos, hoy se calcula tres visitantes internacionales por site nacionales. Además, el promedio de estadía es de cuatro noches y cinco días.
“Las vacaciones estivales ya no son como antes, en cuanto a duración y tiempo de estadía. Mucha gente opta por dosificar el descanso y aprovechar feriados”, observó Testa.
Precios “razonables”
Más allá de la clásica fama que se ha hecho Mendoza como destino caro, la mayoría de los turistas consultados destacó que los precios son los mismos que en cualquier plaza turística. En los principales destinos de las afueras del Gran Mendoza –Alta Montaña, Sur y Valle de Uco- una cabaña para entre cuatro o cinco personas oscila entre los $2.000 y los $3.000.
“Somos del conurbano de Buenos Aires, zona oeste. Hemos parado en Potrero de los Funes (San Luis), San Rafael, Potrerillos y Uspallata. Era todo un viaje planificado y hemos estado alquilando cabañas o hostels. No es caro comparado con Buenos Aires, al igual que gastronomía”, destacaron Claudio, Darío , Gonzalo y Keko. En plan de turista y con latita de cerveza o botella de bebida rehidratante en mano, los jóvenes paseaban el viernes al mediodía por las tranquilas calles de la villa de Uspallata. “Hemos hecho de todo: rafting, trekking y hasta cool river en San Rafael”, resumieron.
En cuanto a opciones gastronómicas, en Uspallata sobresalen los restaurantes con la carne como vedette. Almorzar o cenar en una parrilla libre tiene un costo de unos $350 pesos por persona.
En ese distrito lasherino ubicado camino a Chile, predominan los visitantes de Buenos Aires y Capital Federal, Karina y Mariano llegaron de Vicente López y optaron por revivir los hitos sanmartinianos de Uspallata, luego de pasar por San Rafael y Malargüe.
“Es muy linda toda esta parte, y no está difundida. En la parte de información turística nos hablaron de Las Bóvedas, el cerro Tunduqueral y las reservas aborígenes y quisimos conocerlas”, destacó la pareja.
Otra opción de alojamiento y pernocte en Uspallata es el camping municipal; y es el que eligieron ellos. Por $150 diarios por persona, instalaron su carpa para conocer de a poco todos los rincones. “En Pincheira (Malargüe) un camping nos costó $350 pesos. Un poco caro. Pero en general los precios son bastante accesibles”, coincidieron con los otros turistas.
Demanda menguada
La coordinadora del Punto de Información Turística de Uspallata, Teresita Rojas, destacó que la villa no está tan demandada por visitantes como otros años. “Lo que más se visita son las Bóvedas, los cerros Tunduqueral y Siete Colores; y también preguntan mucho por Puente del Inca, Aconcagua y el Cristo Redentor. Estamos tratando de que opten por quedarse un poquito más en Uspallata, pero suele ser más de paso”, destacó.
Además, contó que la mayoría de los visitantes son porteños o bonaerenses, brasileños y franceses.
“Los lugares de alojamiento y los locales gastronómicos ofrecen promociones de tres noches al precio de dos; o de postres sin cargo con las comidas. Este año está un poco frenado”, reconoció.
En la misma sintonía, Laura -quien vende bajadas de rafting y excursiones de trekking- destacó que se ve menos gente; y que los que llegan están en un plan más “gasolero”.
“Otras temporadas hemos tenido ocho balsas al día. Ahora son pocos los que vienen a hacer rafting”, se lamentó.
“Nos ha encantado Mendoza. Y lo mejor es esto”, resumieron entusiasmados Claudia y Matías mientras bajaban de una de las balsas que navegó por el Río Mendoza. “Hemos ido a comer y visitado algunas bodegas, y algunas cosas las encontramos más baratas que en Buenos Aires”, destacaron los oriundos de Hurlingham.
En Potrerillos, los valles de altura y el perilago son los principales atractivos. No obstante -como en Uspallata-, algunos prestadores sostienen que han tenido eneros mejores.
“Estamos parando en unas cabañas en Valle del Sol. Y hemos aprovechado para hacer el camino de Alta Montaña, llegando hasta el Cristo y pasando por el Aconcagua. También hemos ido a Tupungato. Nos gusta mucho Mendoza”, acotaron Alicia y Sergio antes de tomarse unas fotografías con el lago Potrerillos de fondo.
Como buen anfitrión, Carlos hizo las veces de guía en el dique para sus primos Patricia y José Luis, quienes llegaron en su motorhome desde Santa Cruz y previo recorrer San Rafael y Tunuyán. “Ahora estamos parando en lo del primo. Pero lo bueno es que andamos con la casa a cuestas y nos ahorramos el alojamiento”, agregaron entre risas.
También para los mendocinos
Miriam, su marido, su hija y sus nietos son de Godoy Cruz. Pero desde el domingo pasado y hasta hoy estuvieron instalados en una cabaña en la villa de Potrerillos.
“Nunca habíamos venido por más de 3 días. Disfrutar del río Blanco, los arroyos y el lago es algo único. Como este paisaje no hay, y uno lo tiene acá nomás”, destacó la mujer, instalada con unas sillitas de excelente vista en el perilago.
“Ir a Buenos Aires es todo un viaje, mucho tiempo y mucho combustible. ir a Chile es caro por el dólar. Para eso pagamos entre $2.000 y $2.500 para una cabaña para cinco personas y disfrutamos de la cordillera”, sintetizó la mujer, en pleno relajo.
Algunos precios
En Alta Montaña
Bajada de rafting: entre $600 y $750 pesos por persona
Salida de trekking: $600.
En Potrerillos
Alquiler de bicicleta: $300 la hora.
Kayak por el dique: $400 la hora.
Bajada de rafting: $1.000 pesos por persona
Práctica de canopy: $1.400.
Cabalgatas: $750 la hora y media.