Hay migración hacia las de menor octanaje, que cuestan $5 menos por litro, lo cual implica un ahorro de $263 por tanque.
El efecto de la inflación se hizo notar sobre el mercado de los combustibles en 2018, provocando una fuerte caída en las ventas de nafta premium y un efecto de “traspaso” hacia destilados más económicos.
Según estadísticas del Ministerio de Energía de la Nación, en el total del año se registró una retracción del 6,7% en las ventas de nafta premium y un crecimiento del 13% en la comercialización de nafta súper en Mendoza. Esa diferencia, según explicaron especialistas, fue provocada por la fuerte suba del dólar -que disparó el precio de los combustibles- la inflación general y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios. La buena noticia es que el balance general del año fue positivo para las estaciones de servicio de la provincia, aunque el crecimiento fue impulsado principalmente por lo ocurrido durante el primer semestre.
De hecho, si se analizan los números mes a mes se puede observar el punto de quiebre con claridad. Hasta junio, las ventas de nafta habían sido siempre positivas, tanto para la versión común como para la versión premium, lo que le permitió al mercado cerrar un primer semestre con un crecimiento del 7% en la venta de naftas.
A partir de julio todo cambió. Las petroleras empezaron a aplicar aumentos provocados por la suba del dólar y el incremento del precio internacional del barril de crudo, lo que llevó el valor del litro de nafta a puntos que hasta unos meses atrás eran impensados.
Tal es así, que en el total del 2018 la nafta tuvo un aumento del 65%; la versión súper pasó de $ 23,42 a $ 38,63 por litro y la premium saltó de $ 26,66 a $ 43,90.
Al mismo tiempo los salarios comenzaron a perder contra la inflación, lo que condujo a una caída generalizada del consumo. Los datos más recientes de Indec muestran que entre enero y noviembre de 2018 los salarios de los trabajadores privados registrados aumentaron 28% (promedio nacional), mientras que la inflación de Mendoza fue de 49,6% en ese mismo período.
Esa diferencia de 21 puntos porcentuales fue la responsable de que muchos conductores dejaran de comprar nafta premium para pasar a cargar nafta súper. Si bien ambos productos subieron en igual porcentaje, sigue existiendo una brecha de $ 5,27 entre ambos. A la hora de llenar un tanque de 50 litros, esa diferencia se convierte en $ 263,5 y en cuatro cargas ya supera los $ 1.000.
Las estadísticas dejan en evidencia esa situación. Contrario a lo que ocurrió en el primer semestre, las ventas de nafta premium cayeron en julio (-3%), agosto (-11%), septiembre (-23%), octubre (-28%), noviembre (-27%) y diciembre (-22%), siempre en comparación con igual mes del año anterior. Al mismo tiempo las ventas de nafta súper lograron un repunte considerable tras crecer en julio (17%), agosto (26%), septiembre (20%), octubre (19%), noviembre (14%) y diciembre (15%).En el balance general del segundo semestre, la comercialización de nafta premium se desplomó 19,2%, mientras que la nafta súper aumentó18,4%, en comparación a igual período de 2017.
Como se puede observar, es un resultado que nada tiene que ver con el primer semestre, cuando ambos productos registraron una mejora del 7%.
Tendencia negativa
Los números publicados por el Ministerio de Energía de la Nación indican que, pese a la retracción observada sobre la nafta premium, las ventas totales de combustibles crecieron en Mendoza durante el año pasado. En detalle, las estaciones de servicio locales pasaron de vender 714.654 m3 de naftas y gasoil en 2017 a 757.093 m3 en 2018 (5,9% más). No obstante, esta situación no refleja la realidad de todo el sector.
Domingo Franchetti, presidente de la Asociación Mendocina de Expendedores de Nafta y Afines (Amena), aseguró que en los últimos meses las ventas del sector han caído.
“A partir de la devaluación y los meses de mayor inflación vimos el traspaso de los combustibles premium y las versiones de menor octanaje, pero también hemos comprobado caídas de ventas en muchas estaciones”. La misma visión mostraron desde la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha): “Primero se produjo un corrimiento en cuanto a buscar menor precio relacionado con la calidad de la nafta. El usuario se pasó de la nafta premium a la súper, pero como los incrementos siguieron y el poder adquisitivo siguió deteriorándose, ahora vemos que la gente consume menos de esa nafta súper, compra menos para equilibrar el gasto”. El economista José Vargas, director de la consultora Evaluecon, consideró que la reacción del mercado es lógica.
“Los datos son claros. La devaluación, sumada a la suba del precio internacional del barril de crudo, se trasladó a aumentos de precios de los combustibles. Cuando los salarios comenzaron a perder poder adquisitivo, los consumidores se inclinaron por los combustibles más económicos”, remarcó. “El siguiente paso, si la situación se sigue agravando, es que dejen de utilizar el auto. Algunos ya lo han hecho, pero hay otras familias que aún no han tomado esa determinación”, completó.
El mercado del gasoil
En el caso del combustibles diésel el mercado se comportó de manera diferente. Las estadísticas del Ministerio de Energía muestran que las ventas de gasoil premium crecieron hasta septiembre, pero mostraron resultados negativos enoctubre (1%), noviembre (-0,8%) y diciembre (-1,5%). La diferencia con las naftas, es que en ese caso las ventas de gasoil común no repuntaron. Sí crecieron en octubre (7%), pero cayeron en noviembre -2%) y se mantuvieron estables en diciembre.
Ese resultado tiene mucho que ver con lo ocurrido con el sector del transporte de cargas, principal consumidor de diésel común en la provincia. Desde la Asociación de Propietarios de Camiones de Mendoza (Aprocam), advierten que su nivel de actividad cayó 30% en 2018 con relación al 2017.