Según datos de Indec, ya son 291 mil los mendocinos con ingresos inferiores a la Canasta Básica Total.
En el segundo semestre de 2018, más de 42 mil mendocinos cayeron por debajo de la línea de pobreza. Esto implica que 30,7% de la población no alcanza a cubrir sus necesidades básicas, es decir casi un tercio de los habitantes del Gran Mendoza.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en la segunda mitad de 2017 había 248.905 personas en el Gran Mendoza que estaban por debajo de la línea de pobreza.
Este número se elevó a 291.672 en el mismo período de 2018, por lo que 42.767 individuos se convirtieron en pobres en el transcurso de 12 meses.
Esto implica que los pobres, que representaban 26,4% de la población en el segundo semestre de 2017, constituyeron 30,7% en 2018.
Cabe aclarar, que técnicamente se considera “pobres” a los integrantes de hogares que no reúnen ingresos para cubrir la Canasta Básica Total (CBT), valor que representa el costo de cubrir el 100% de las necesidades de una familia tipo (un hombre de 35 años, una mujer de 31, una niña de 8 años y un niño de 5) durante un mes (incluye alimentos, bienes y servicios básicos).
La CBT fue de $ 14.193,70 en diciembre de 2017 y de $ 22.243,35 el mismo mes de 2018, de acuerdo a la DEIE (Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de la provincia).
De una punta a otra, la variación de la CBT fue de 57%, un porcentaje que superó ampliamente la evolución de los salarios. Por esta razón, muchas personas que tenían ingresos cercanos al valor de la canasta en 2017, cayeron en la pobreza a fines del 2018.
Más indigentes
El número de indigentes se mantuvo relativamente estable, ya que en el segundo semestre de 2017 eran 39.283 personas las que se encontraban en esta situación en el Gran Mendoza y en 2018 pasaron a ser 39.653, lo que representa, en ambos casos, el 4,2% de la población.
Esto significa que en un año hubo 370 habitantes más del conglomerado que no pudieron adquirir la Canasta Básica Alimentaria, que representa el costo de los alimentos que requiere una familia tipo para cubrir las necesidades energéticas y proteicas.
Medidas de asistencia
El subsecretario de Desarrollo Social de la provincia, Alejandro Verón, detalló que entregan 14 mil tarjetas alimentarias a las familias con niños, cuyos montos oscilan entre los $ 250 y los $ 1.200, y que representan un complemento a la Asignación Universal por Hijo (AUH).
Si bien el número de estas tarjetas se mantiene estable con respecto a 2018, Verón destacó que se optimizó la entrega y que se duplicó el presupuesto destinado a la asistencia alimentaria, que en 2019 asciende a $ 240 millones.
Este monto incluye también las ocho mil raciones que se distribuyen en los jardines maternales, comedores y centros de apoyo escolar, y las dos mil para los centros de desarrollo infantil.
Los datos nacionales
A nivel país, el Indec confirmó el golpe más dramático de la crisis que se desató el año pasado: la pobreza aumentó y alcanzó al 32% de los argentinos.
“En el segundo semestre de 2018 el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza es del 23,4%; estos comprenden el 32% de las personas. Dentro de este conjunto se distingue un 4,8% de hogares indigentes que incluyen el 6,7% de las personas”, detalló el organismo.
El relevamiento que realizó el Indec en 31 aglomerados urbanos reveló el duro impacto de la debacle cambiaria que marcó el inicio de la extensa recesión económica que aún no muestra su fin. Por esa situación, el número de pobres ascendió a 8.926.592 (2.650.000 más que el año pasado) y el de indigentes a 1.865.867.
Los números generales revelan un significativo avance respecto a los índices correspondientes al mismo período del 2017, cuando el guarismo se ubicó en el 25,7% y el de la indigencia, en 4.8%.
“Lo que los datos muestran es un verdadero derrumbe social en la Argentina durante el 2018”, sentenció el economista Claudio Lozano ante la consulta de Los Andes. Incluso advirtió que, según sus cálculos, si los datos se observan de manera trimestral (y no semestral como lo hace el Indec), el porcentaje de pobreza en el cuarto trimestre del año pasado asciende al 35,9%.
Por ello, Lozano planteó que en el marco de la corrida cambiaria y del acuerdo con el Fondo, la pobreza creció en 10,5%.
Es decir, que más de 4.700.000 personas se agregaron a la pobreza en la Argentina en el curso del 2018. “El Gobierno indujo un verdadero derrumbe social en nuestro país”, comentó.
El Gobierno ratificó el rumbo pese a los datos pesimistas
Pese al aumento de la pobreza a un nivel récord desde la llegada del presidente Mauricio Macri, que oficialmente afecta a casi el 40% de los argentinos, el Gobierno Nacional ratificó ayer la continuidad de su política económica.
Los encargados de hacer la defensa de la política económica fueron en esta ocasión los ministros de Producción y Trabajo, Dante Sica, y de Desarrollo Social, Carolina Stanley.
A la hora de analizar las cifras del segundo semestre del año pasado, según las cuales el número de argentinos que viven bajo la línea de la pobreza ascendió al 32% y el de indigentes al 6,7%, ambos ministros insistieron, como lo hace últimamente el Presidente en casi toda intervención pública, en que el incremento de la pobreza se vincula con la recesión que inició a fines de abril de 2018.
“Son los coletazos de la crisis”, interpretó Sica, quien remarcó que la vocación de la Casa Rosada es continuar con el rumbo porque, remarcó, eso “nos va a generar las condiciones para tomar un sendero de recuperación”.
E insistió: “Mantenemos y confirmamos el rumbo de nuestro programa económico”. En ese sentido, el ministro indicó que el rumbo elegido “va a generar la recuperación del bienestar que perdimos en estos últimos meses por el impacto de la crisis”.
La ministra Stanley, por su parte, comentó que “la pobreza duele”. Consultada sobre las causa del crecimiento de la pobreza según la medición oficial, la titular de Desarrollo Social planteó: “Pensamos que se podía bajar más rápido la inflación. Claramente esto impacta en la pobreza”.
En situaciones de crisis, los niños más vulnerables no van al jardín
Verónica Herrera, directora del jardín maternal Manaslú, del barrio Santo Tomás de Aquino, en El Borbollón (Las Heras), comentó que el año pasado se abrió un segundo merendero en el lugar y en 2017 uno en un barrio cercano.
La directiva se mostró preocupada porque, en las crisis, los niños en mayor vulnerabilidad no van al jardín, porque sus padres no pueden vestirlos adecuadamente.
Por eso, desde la institución tienen que salir a la comunidad a hablar con los papás para que esos pequeños queden incluidos.
Por otro lado, Herrera tiene lista de espera de mamás que quieren ser auxiliares, ya que al serlo no sólo pueden alimentarse en el comedor, sino que además reciben mercadería cada 15 días.
La directora del jardín explicó que son 25 las mamás auxiliares que colaboran con distintas actividades. A modo de retribución de las horas que dedican a esa labor, dos veces al mes les entrega alimentos, que surgen de donaciones. Como la situación ha empeorado, hay varias interesadas en sumarse.
El barrio se encuentra cerca de la planta de residuos y casi todos los habitantes se dedican a la clasificación para vender los elementos reciclables. Hace unos años, algunos habían empezado a trabajar en otros rubros, pero hoy no tienen esa posibilidad.
Los comedores tienen dificultades económicas por las subas de tarifas
Susana Velázquez, del comedor Rinconcito de Luz, que funciona en el Bajo Luján, explicó que para las ONG se ha tornado complicado sostenerse. El espacio abrió como un Centro de Actividades Educativas (CAE), dependiente de un SEOS (Servicio Educativo de Origen Social) y asisten 160 chicos.
Sin embargo, por las necesidades nutricionales que observaron en la población del lugar, sumaron el comedor.
Velázquez detalla que si bien tienen ayuda del gobierno, les resulta difícil pagar las tarifas de luz y gas. Y agrega que, desde marzo del año pasado, no sólo reciben de la provincia alimentos para el desayuno y la merienda, sino también para el almuerzo.
Tal como ocurre en el jardín maternal de El Borbollón, han notado que hay más mamás que se han acercado a ayudar en el comedor, porque de ese modo pueden alimen
tarse. Como otras instituciones similares, el Rinconcito de Luz se sostiene en parte gracias a las donaciones.
La mujer indicó que muchas de esas mamás son beneficiarias de la Asignación Universal por Hijo, pero como tuvieron que afrontar los gastos del inicio de clases, les resulta insuficiente el plan. Se debe recordar que el monto era de $ 1.816 hasta febrero y en marzo aumentó hasta los $ 2.644.
3,1 %: leve mejoría salarial
En enero de 2019 el salario promedio a nivel nacional tuvo un incremento de 3,1% respecto a diciembre, lo que le permitió a los trabajadores recuperar 0,2 puntos de poder adquisitivo.
Cabe recordar, que según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió 2,9% en el primer mes del año. Sin embargo, el índice inflacionario sigue ganando la “carrera” a los salarios y por mucho.
Si se hace una comparación de enero de 2018 contra igual mes de 2019, se observa que el IPC avanzó 49,3%, mientras que los sueldos tuvieron una variación del 32,2%.
Es decir que de punta a punta se perdieron 17,1 puntos de poder adquisitivo.
Saliendo del promedio general, se observa que los más perjudicados fueron los trabajadores informales, con una caída salarial real de 19,6 puntos porcentuales.