Son más de 50 escritos los que intercambiaron el denunciante y uno de los detenidos. Ambos sostenían amarse.
A casi 5 meses de que salieran a la luz públicamente las denuncias de un ex aspirante a monje en el Monasterio del Cristo Orante -el joven acusó precisamente a dos monjes de haberlo abusado sexualmente en reiteradas oportunidades-; la causa judicial continúa su curso en la Justicia.
Además de las denuncias por los episodios sexuales, el joven -identificado como Nicolás Bustos (27)– también denunció haber sido víctima de abuso de conciencia (o manipulación) por parte de Oscar Portillo y Diego Roqué Moreno -hoy imputados por abuso sexual y con prisión domiciliaria- mientras estuvo internado en el establecimiento; y antes, cuando todavía tenía 17 años y no había ingresado de forma oficial.
Recientemente la defensa de los imputados presentó como pruebas una serie de mails y cartas manuscritas, con conversaciones entre el denunciante y Roqué; algo que fue confirmado por el abogado de los religiosos. “Las hemos aportado y es parte de la cuestión procesal”, destacó de forma escueta el abogado de los curas, Eduardo De Oro; quien prefirió no ahondar por ahora en el objetivo de esta presentación.
Son más de 50 correos, donde se lee que ambos sostenían amarse mutuamente e -incluso- Roqué (quien firmaba como Diego de Jesús) llamaba “bebé”, “mi amor” y “amor de mi alma” al joven. De hecho, los primeros correos que ya son parte del expediente datan de principios de agosto del 2009, cuando el joven tenía todavía 17 años (menor de edad) y el monje Roqué venía a la Ciudad de Mendoza a verlo.
“Presentar cartas, dibujos y mails es parte de la estrategia habitual que se suele utilizar en todos los casos de abuso eclesiástico. Por algo los denunciados las guardan. Pero hay que contextualizar en qué circunstancias se dan esas cartas, mails y dibujos. En el caso de Nicolás -como el de casi todos- se observa un plus muy visible de idealización, mezclado con lenguaje litúrgico y referencias bíblicas”, destacó a Los Andes la psicóloga de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Argentina; Liliana Rodríguez. La especialista indicó además que suele ser muy difícil poder contextualizar toda esta situación y entender el grado de manipulación si no se ha estado en contacto con una gran cantidad de relatos referidos a episodios similares.
“Es tan alto el grado de manipulación afectiva y espiritual que no precisan utilizar la agresión. Si se suele dar el Síndrome de Estocolmo en aquellos centros de cautiverio donde es más visible la agresión y las condiciones de vida deplorables -y aún allí aparece la posibilidad de enamorarse-; ni hablar en este caso, que está amorosamente presentado”, siguió Rodríguez .
Por su parte, De Oro insistió en que no brindaría mayores precisiones públicas sobre lo que alegará con esas cartas durante la investigación. No obstante, desde el entorno de la causa no descartan que el objetivo sea intentar probar una relación consentida entre el denunciante y el imputado. Durante su última declaración, Bustos sostuvo que el sentía un amor “solamente como padre” por Diego y destacó que se sentía obligado a corresponder los mensajes del cura para que no lo echaran del convento.
Así mismo -y según trascendió- habría al menos dos personas más que habrían vivido episodios similares en el monasterio y que estarían dispuestos a aportar sus testimonios. Pero también hay un nutrido grupo que defiende a los monjes acusados; y que sostiene que la causa es inventada.
En detalle
En lo referido concretamente al intercambio de correos electrónicos, la defensa de los curas aportó al expediente 55 capturas de pantalla donde puede leerse el intercambio de correspondencia electrónica entre Nicolás Bustos y el monje Diego Roqué. La mayoría de los mails son de agosto y setiembre del 2009; aunque también hay textos fechados en enero del 2010, y junio y diciembre del 2015.
Desde el principio -a partir del 3 de agosto del 2009- se puede leer como Diego le decía a Nicolás “te amo” y cerraba los mails llamándose “tu padre”. En la mayoría de los correos, Roqué firmaba como Diego de Jesús y en uno de los correos -del 4 de agosto de ese año- bautizó a Bustos como “Padre Nicolás de Jesús”. Por su parte, se lee como el joven le dedica a Diego comentarios similares (“te amo”, “mi corazón clama por vos”) y hasta le escribió: “cuando estoy con Jesús, le digo: ¡Gracias por Dieguito!”.
Entre otros comentarios de este intercambio, Roqué le contaba al hoy denunciante sobre futuras visitas a la ciudad -venía del monasterio en Tupungato- y en un mail enviado el 4 de agosto de 2009 (16 días antes de que Bustos cumpliese 18 años) le avisó que le traería aceite para lámpara, velas, nueces y rosarios de soga. “¡Claro que te voy a cobrar por todo lo que te lleve! Un beso por peso… ¡Son como 200 besos!”, se explayó el monje. “Te lleno de besos. Claro que mañana, aunque vayamos presos, no sabés la de besos que te voy a dar”, sentenció desde el mail que llegaba a nombre de “p. Diego de Jesús” y donde firmaba con una “d.”. En este mismo mail, el destinatario adjuntó una foto de su rostro. Más adelante, en otro correo electrónico del 10 de agosto de ese año, Roqué adjuntó otras 4 fotografías de su persona; y se sumaron 3 más en otro mail del 18 de setiembre.
A lo largo de esta correspondencia, el denunciante y el imputado intercambiaron mensajes cariñosos y hasta el sacerdote confesó que había soñado con el joven-concretamente fue el 9 de agosto del 2009, en respuesta a un mail en que el adolescente de 17 años por aquel entonces había enviado fotos suyas-.
Cumpleaños
Uno de los correos más llamativos de los enviados por Roqué está fechado el 19 de agosto de 2009. “Mi amado Nicolás: seguramente cuando leas esto, ya tengas 18 años”, escribió el monje al joven que pasó a la mayoría de edad el 20 de agosto de ese año (por lo que todos los correos anteriores datan de cuando Bustos tenía 17 años).
“Sos la paga inesperada de 20 años de reservas, de 20 años de dar y dar; y darme y vaciarme por Jesús y su reino”, puede leerse en el mismo texto. “Tengo muy presente el regalo que te hace Jesús en este día (…) y es tu vocación (…). Soy parte de ese regalo de Jesús en tus 18. Dios te me regala. Y yo me dejo regalar. Porque me encanta ser su regalo. Y me encanta serlo para vos”, se explayó Roqué.
Un día después del cumpleaños, Diego volvió a escribirle a Nicolás e incluyó apodos cariñosos; además de destacar que “esto sigue en crecida. ‘Esto’ dícese de lo que te amo, hijo”. Como respuesta, Nicolás en tanto le escribió que él no podría renunciar nunca a Roqué. A lo largo de estos correos, el aspirante a monje hasta enseña a Roqué a utilizar el servicio de mensajería Meebo para que puedan chatear entre ellos.
“Si supieras que te amo más de lo que vos creés que te amo, no podrías seguir en pie” dedicó Nicolás en otro de los correos (25 de agosto de 2009), y en el mismo mail agregó: “Pero todo amor que viene del padre es así, te lo digo como hermano en Cristo”.
Más adelante, con fecha del 15 de setiembre de ese año, Roqué le escribió a Bustos que lo amaba mucho. “Me gustan más tus heridas que tus talentos. Como siempre, son las que más me enamoran”, sintetizó. Y luego fue el propio denunciante quien le copió a Roqué otro mail donde se explayaba sobre todos sus padeceres personales y familiares. “Estos son quizás los que más me han afectado, aunque casi ya no me hacen ruido. Están y forman parte de la cruz hermosa que Dios ha preparado para mi vida”, describió en ese mismo mail.
De los aportados a la causa, el último mail en que se evidencia explícitamente el amor por parte de Roqué es del 18 de setiembre de 2009, donde incluyó las 3 fotos suyas ya mencionadas. “Te amo, Niquito. Más de lo que jamás hubiera imaginado amar a una persona no-divina”, indicó; y aclaró: “Borrá mi mail, plisssss (sic)”.
En uno de los últimos 3 mails -del 11 de enero del 2010- Bustos le confesó a Roqué que la madre había leído los mensajes que se mandaban. En uno con fecha del 24 diciembre del 2015, en tanto, hay un distante saludo recíproco y un “abrazo navideño”.
La telaraña de la metodología del abuso
La psicóloga de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico en Argentina, Liliana Rodríguez insistió en la manipulación y destacó que es algo muy común en estos casos.
“Una persona acostumbrada a la vulnerabilidad familiar puede colaborar a que se elija esta idealización. Una vez adentro, se lo aísla y se refuerza la situación de vulnerabilidad; provocando mayor aislamiento familiar”, destacó la psicóloga, quien resaltó que es una fija en estos casos la metodología de dominación y manipulación.
“El vincular lo sexual con un ‘regalo de Dios’ constituya una telaraña para lograr la metodología del abuso y que la persona atacada no pueda tomar conciencia. Más cuando no hay agresión física”, sintetizó.
En defensa de los monjes
Ni bien salieron a la luz los detalles sobre las denuncias y los curas fueron imputados (a fines del 2018), independientemente de la causa judicial comenzaron a aflorar también voces en defensa de los curas. Incluso, en una carta abierta el cura Diego Roqué Moreno advirtió que “comenzó la guerra, arrancó el combate”.
La red social Facebook ha sido el espacio elegido por quienes defienden a los monjes. En la fan page “Cristo del Gualtallary”, distintas personas comparten sus vivencias personales y rescatan el costado espiritual de Roqué y Portillo. Incluso, hasta argumentan una interna eclesiástica -entre otras cosas- y sostienen que de aquí se orquestan las denuncias.