Uno de los integrantes de su familia había atropellado accidentalmente a un jabalí, ante ello, decidieron carnearlo sin saber que estaba infectado.
A los pocos días de haber comido esa carne de jabalí la mujer comenzó a sufrir los síntomas que en un primer momento se asemejaron a los de una gripe por lo que no representaron gran importancia. Sin embargo, al no presentar signos de mejoría, le practicaron unos estudios y la sospecha de los médicos fue confirmada: contrajo triquinosis.
Fui al hospital Tagarelli para hacerme un chequeo. Desde unos días antes había comenzado a sentir hormigueo y adormecimiento en mis manos y de vez en cuando las piernas, pero como tengo problemas de cervical, lo asocié», empezó su relato.
Además, la mujer añadió: «El médico me pidió una serie de estudios para ver cómo estoy clínicamente. Entre estudio y estudio, me llené de salpullido sin comezón y comencé a sentirme hinchada. En una de las placas que me hicieron apareció una pequeña manchita en el pulmón y al presentar otros síntomas, detectan neumonía. Comencé el tratamiento y los adormecimientos continuaron ya con muchísimo dolor muscular y muchísima hinchazón. Es más, había momentos en que me faltaba el aire de tan hinchada que estaba».
Finalmente, agregó: «Nos tuvimos que poner a charlar con el médico y le comenté que había comido un carneito casero de jabalí y nos dimos cuenta que existía la posibilidad de tener triquinosis. Me derivaron al Lencinas (Godoy Cruz) donde me realizaron los análisis y me dieron la medicación.
Durante los 15 días de medicación estuve sumamente hinchada y fueron menguado los dolores (.) A la semana de que se me terminaron los medicamentos recién estuvieron los resultados de los análisis, que confirmaban que tengo triquinosis. Con eso termina el tratamiento, ahora en una semana debo repetir estudios para saber si existe alguna complicación con la que deba convivir».
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