Pese a la fuerte crisis que afronta el país, desde el fondo advirtieron que puede empeorar.
La Argentina se encamina a convertirse este año en el tercero entre los países con mayor inflación del mundo con una suba del costo de vida del 57,3%, según las últimas proyecciones del Fondo Monetario Internacional ( FMI ), una cifra sólo superada por Venezuela y Zimbabwe. El Fondo advirtió además que la crisis puede empeorar.
El FMI presentó en Washington sus últimos pronósticos en su Panorama Económico Global (WEO, según sus siglas en inglés), el tradicional informe del organismo en el que brinda su visión sobre la economía global, y que ahora dejó por sentado el empeoramiento de la crisis económica: el staff prevé que el producto bruto interno (PBI) caiga un 3,1% este año, el desempleo trepé al 10,6 por ciento -las peores cifras de la presidencia de Mauricio Macri- y un retroceso de la economía que no se veía desde la crisis financiera global.
Pero uno de los datos más significativo es que la inflación aumentará otra vez respecto del año previo, y será una de las más altas del mundo, un deterioro con incidencia directa sobre la pobreza. Sólo dos países aparecen con una inflación mayor a la de la Argentina en los pronósticos del Fondo: Venezuela , con un 200.000%, y Zimbabwe, con un 182,9 por ciento. Detrás de la Argentina aparecen Sudán, con un alza en el costo de vida del 56,9%, y Sudán del Sur, con uno del 35,9 por ciento. Este año, sólo 17 países sufrirán una inflación de dos dígitos, según las proyecciones del FMI.
Los últimos pronósticos del Fondo sobre la Argentina son un poco peores que los del mercado. Según el último sondeo del Banco Central a economistas en el país, el mes anterior, el consenso del mercado prevé una inflación del 54,9%, y una caída del PBI del 2,9 por ciento para este año.
Para 2020, el Fondo prevé una caída del PBI del 1,3% y una inflación del 39,2%.
Con todo, la incertidumbre política y las dudas respecto del rumbo económico relativizan el peso de las proyecciones, dada la fragilidad de la coyuntura y la posibilidad latente de que el deterioro pueda ser aún mayor. De hecho, el Fondo remarcó en el informe que “la contracción en la Argentina continuó durante la primera mitad del año, aunque a un ritmo más lento, y los riesgos en el futuro son claramente a la baja debido al fuerte deterioro de las condiciones del mercado”.
Impacto político
El FMI también acusó el impacto de la política sobre la economía: “En la Argentina, las elecciones primarias de agosto desencadenaron un fuerte aumento en los rendimientos de los bonos del gobierno en medio de una mayor venta masiva de activos argentinos”, señala el trabajo.
El último panorama del FMI sobre la economía global, difundido en la antesala de la reunión anual que se realiza esta semana en Washington, llegó rodeado de un aura más pesimista. “La economía global está en una desaceleración sincronizada”, afirma la primera línea del informe, tal como había anticipado la semana pasada la flamante directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva.
El mundo crecerá este año un 3%, el menor ritmo desde la crisis financiera global. En 2020, las perspectivas mejorarían, pero solo levemente, con una expansión proyectada del 3,4%, menor a la prevista hace tan solo unos meses.
El panorama mejorará un poco para la Argentina, pero solo apenas: el FMI prevé que el país comenzará a salir del pozo, pero el arrastre de la recesión provocará aún así una nueva caída del producto, y la inflación seguirá todavía muy alta. Los números, casi con certeza, cambiarán: ninguna de las últimas proyecciones que ofreció el Fondo sobre el país se materializaron.
“Los grupos de economías de mercados emergentes que han impulsado parte de la disminución prevista del crecimiento en 2019 y representan la mayor parte de la recuperación proyectada en 2020 incluyen aquellos que han estado bajo una tensión severa o han tenido un rendimiento inferior en relación con los promedios anteriores”, indica el informe del FMI. “En particular, la Argentina, Irán, Turquía, Venezuela y países más pequeños afectados por conflictos, como Libia y Yemen, han experimentado o continúan experimentando dificultades macroeconómicas muy graves”, agrega.
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