Las autoridades de cada colegio definirán el regreso a partir de la infraestructura y la situación epidemiológica en la región. El regreso a la presencialidad será gradual, en base a protocolos y al distanciamiento.
El gobernador Rodolfo Suárez y el director general de Escuelas, José Thomas, participaron ayer por la mañana del acto de apertura del ciclo lectivo 2021 y la reconfirmación del regreso a clases presenciales fue la gran protagonista de los anuncios. Como ya lo habían oficializado con anterioridad, tanto Suárez como Thomas se detuvieron en la importancia de que los niños vuelvan a las aulas, aunque dejaron en claro que será cada escuela, director y supervisor quienes tendrán la palabra final sobre la forma en que reanudarán las actividades para el regreso cara a cara.
“Necesitamos abrir las escuelas y vamos a hacerlo. La escuela es nuestro puente más firme hacia la movilidad social ascendente y, por lo tanto, la oportunidad más nítida de abordar nuevos horizontes de progreso individual y colectivo. Si algo hemos aprendido, es que los beneficios netos de mantener las escuelas abiertas superan largamente los costos de cerrarlas, aún en materia de salud y bienestar de los chicos”, destacó el Gobernador.
Suárez además resaltó: “En Mendoza las clases comenzarán con presencialidad. En un modo diferente, ordenado, contemplando nuevas problemáticas pero con la convicción de que es lo mejor para nuestros alumnos y sus familias y, por lo tanto, es lo mejor para todos los mendocinos”.
El distanciamiento en las aulas será el factor determinante. Y si bien cada establecimiento cuenta con sus propias características de infraestructura y representa su caso particular, a priori –partiendo de una media base de 30 alumnos por división- la intención es que ninguna de las aulas supere los 15 alumnos (capacidad del 50%); siempre y cuando las aulas tengan las características promedio.
En ese sentido, según destacó Thomas, en Mendoza sólo 19% de las divisiones estarían en condiciones de que todos los alumnos vuelvan directamente a las aulas. Se trata de aquellas que cuentan con una matrícula de no más de 15 alumnos por aula. Mientras que el resto deberían optar por un sistema mixto, que implique que, mientras un grupo de alumnos va a estar en el aula, el otro curse desde sus casas. El tema es que, como se trata de una realidad heterogénea; bien podría haber establecimientos en los que las aulas ni siquiera cuenten con las condiciones para albergar a esa media de 15 personas. O, probablemente, llevar la realidad a otro extremo: escuelas con aulas especiales, ventilación, dimensiones preparadas para albergar a 30 estudiantes (cumpliendo los protocolos).
“No tendremos aulas con 30 alumnos, a no ser que se trate de aulas donde entren 30 alumnos con esta disposición. Pongo un ejemplo: la resolución de utilizar el SUM como aula. Si la escuela tiene un SUM donde pueden entrar los alumnos con esa disposición, el director puede tomar la decisión de que algún curso pueda tener presencialidad absoluta. Es al máximo operativo de cada institución”, destacó el director general de Escuelas.
“Ha quedado demostrado que la incidencia de la presencialidad no ha producido alteraciones en el número de contagios en aquellos países que mantuvieron sus escuelas abiertas”, reforzó, por su parte, Suárez.
No vuelven todos el 1 de marzo
Para ensayar un paralelismo, lo que ocurrirá con las clases presenciales es similar a lo que sucede cuando el Gobierno nacional define una situación pero deja en manos de cada provincia la palabra final para que defina su propio desenlace.
El Gobierno de Mendoza anunció el regreso de la presencialidad a las escuelas de todos los niveles, siempre y cuando se mantengan ciertas condiciones y se cumplan los protocolos reglamentarios. No obstante, será cada escuela quien articulará el regreso a las aulas y la forma en que se hará.
“Las opciones las va a definir cada director porque en Mendoza tenemos 1.300 edificios y no todos en la misma situación. La idea es empezar las clases con la mayor cantidad de chicos presenciales”, destacó Thomas.
En ese sentido, el titular de la DGE resaltó que cada escuela, director y supervisor tomarán la decisión en base a la ubicación geográfica del colegio, al tamaño de las aulas y a la cantidad de contagios en su región de incidencia. “Por medio de Mendoza Educa se van a destinar 65 millones de pesos para garantizar la conectividad entre docentes y alumnos”, destacó Thomas.
El calendario
A partir del miércoles próximo retomarán el cursado aquellos alumnos que presentaron trayectorias y rendimientos débiles a lo largo del ciclo 2020. La forma en que regresarán estos chicos a la presencialidad también estará definida por cada caso en particular. Mientras que el 1 de marzo comenzarán las clases todos los niños y adolescentes de Mendoza.
Sin vacunas aún para los docentes
Las 5.000 vacunas que llegaron a Mendoza durante la mañana de ayer de Sputnik V serán destinadas al personal de salud exclusivamente.
Hasta el momento, la primera dosis se le ha suministrado a más de 10.600 trabajadores de los cerca de 39.000 que se desempeñan en la provincia, mientras que si se habla del “combo completo” (primera y segunda dosis) hasta el lunes sólo 2.500 trabajadores habían recibido el esquema completo.
En ese sentido, la prioridad para la vacunación continuarán siendo estos trabajadores mientras que docentes serán inmunizados una vez que se completen los empleados sanitarios. José Thomas insistió en que la vacunación no condiciona el regreso a la presencialidad de las clases ya que este factor está ligado a los protocolos de distanciamiento e higiene, y no a la inmunización.