Cómo llegaron los médicos encargados de dar las vacunas, cómo fueron atendidos los beneficiados y la furia de un legislador perjudicado por el escándalo.
El escándalo que se desató el viernes tras la revelación de que existía un “vacunatorio VIP” en el que algunos elegidos se aplicaban la vacuna Sputnik V terminó con la carrera del exministro Ginés González García, pero todavía quedan varios puntos oscuros que deberán ser investigados.
Traslados de película, ascensores reservados y una logística muy estudiada son algunos de los secretos que permitieron que funcionara esta oficina de vacunación paralela en el Ministerio de Salud. Los beneficiados llegaron por la entrada que el edificio tiene en calle Lima, y se fueron con una libreta que certificaba que tenían la primera dosis de la Sputnik V, y la fecha para la aplicación de la segunda.
El traslado
Todas las fuentes indican que los encargados de aplicar las vacunas fueron médicos del Hospital Posadas. Una nota del periodista Federico Mayol publicada en Clarín da detalles del traslado. No sabían a quiénes inocularían, pero estaban advertidos de que su entrada debía pasar desapercibida.
Es por eso que viajaron en una camioneta Hilux que no tenía identificación del hospital, y estacionaron en la cochera privada del ministro. También utilizaron su ascensor, que está reservado para Ginés González García, que en ese momento se encontraba en Entre Ríos.
La vacuna
Ese día se aplicaron 10 dosis. Entre los “amigos” que la obtuvieron se encontraba el empresario marplatense Florencio Aldrey Iglesias, de 80 años, quien estuvo recluido en su hotel durante casi toda la pandemia, y perdió a su mujer por el coronavirus. Además llevó a algunos familiares a recibir el mismo tratamiento.
Había sido convocado por el secretario privado de Ginés, pero este no sería el único que “invitaría” a algunos privilegiados a recibir la vacuna. Lisandro Bonelli, sobrino del ministro y socio suyo en Carpor SA, también disponía de dosis discrecionales. Marcelo Ariel Guille, director suplente de Carpor, hacía lo propio. Finalmente algunas fuentes mencionan a Claudio D’Amico, integrante de la Secretaría de Equidad del ministerio.
Además de Aldrey Iglesias, ese día se vacunarían Horacio Verbitsky, y los legisladores Eduardo Valdés y Jorge Taiana. Estos últimos iban a viajar con el presidente Alberto Fernández a México, pero los sacaron de la comitiva tras el escándalo. Valdés no pudo ocultar su enojo, y llegó a decir la frase “lo lamento por el Presidente”.
El encargado de destapar la olla fue, curiosamente, Verbitsky. Según se remarca en el artículo, el periodista ultra K tomó esa decisión al enterarse de que se publicaría un informe en el que se contarían los detalles del vacunatorio VIP, y optó por adelantarse. Desde el entorno del presidente no hubo sorpresa, pero los otros vacunados no se esperaban la confesión, que llegó en medio de un programa radial.
Leé el informe completo en Clarín.