El programa se extenderá hasta junio. Quedan afuera aceites de oliva, arroz y artículos de limpieza, entre otros. En comercios más chicos cuestan hasta 48% más que en los supermercados.
El Gobierno Nacional extendió el programa Precios Máximos hasta el 8 de junio, pero sin incluir 36 categorías de productos de consumo masivo, como aceites de oliva, arroz (con excepción del largo fino), edulcorantes, productos congelados a base de vegetales y artículos de limpieza. Además, desde hace algunas semanas se observan faltantes en las góndolas y fuera de las grandes superficies comerciales, los precios son hasta 48% más altos que los valores que figuran en lista.
Al respecto, José Cortéz, titular de la Dirección de Fiscalización y Control de la provincia, señaló que la obligación de mantener los precios congelados (según cada una de las resoluciones nacionales que ha ido actualizando el programa), a la fecha alcanza a pocas categorías de artículos.
En paralelo, está “Precios Cuidados”, cuyo control es voluntario. Si bien desde la Dirección provincial controlan que se le de cumplimiento, en la práctica ninguna cadena exhibe más de 270 productos, de los 645 que figuran en la página oficial.
La falta de artículos no configura un incumplimiento, porque el programa cuenta la generalidad, y las cadenas publican los productos de los que disponen para la venta. Cuando hay faltantes de stock, pueden efectuar reemplazos, o informar debidamente la situación a sus clientes.
En los comercios de barrio, la fiscalización (solo aplica Precios Máximos), pasa por controlar que no se produzcan grandes cambios de precio en un periodo breve de tiempo, y los operativos suelen realizarse luego de denuncias de los consumidores.
Restricciones y brechas
El empresario Rubén David, de David Mayorista, explicó que muchas veces faltan productos listados en Precios Máximos, o que forman parte de Precios Cuidados en las góndolas, porque los consumidores los eligen por sobre aquellos que siguen el ritmo inflacionario.
“Si todos los compradores se vuelcan, por ejemplo, al aceite de 900 cc. por sobre cualquier otra presentación, entonces no alcanza para abastecer la demanda. Es uno de los grandes problemas que se generan cuando un producto se queda en precio, y el resto acompaña la inflación. Hasta los restaurantes se vuelcan a comprar presentaciones chicas que en otro momento no hubieran elegido”, comentó.
En tanto que Lucas, quien distribuye productos en el Gran Mendoza (mayoristas y minoristas), señaló que ya desde la semana pasada comenzó a haber restricciones para la compra de aceites y harinas (por escasez de oferta), productos que además tuvieron incrementos en torno al 7%.
Asimismo, el comerciante explicó que, desde que él entrega la mercadería a los almacenes de barrio, hasta que llega al consumidor final, cada artículo sufre un incremento de entre el 35% y el 40%. “En algunos los incrementos son aun mayores, pero en el 90% de los casos se remarca un 40%”, indicó.
En línea con lo que comentó Lucas, la consultora Focus Group, comparó los “Precios Máximos” que se exhiben en las góndolas, con los valores que se encuentran luego en los almacenes de barrio, y hallaron diferencias porcentuales de entre el 12% y el 48%. Así, por ejemplo, mientras que una leche larga vida debería costar $ 83.84 (La Serenísima), en los almacenes se vende en alrededor de $ 100 y más también (19%); y el arroz largo fino de $ 73,55, se puede vender en $ 108,80 (48%).
El análisis explica que estas diferencias responden a que el programa oficial “tiene mayor nivel de presencia y posibilidad de fiscalización en las grandes cadenas de supermercados, pero no en otras formas comerciales minoristas como kioscos, almacenes, autoservicios chinos y supermercadistas independientes”.
De todas formas, más allá de los controles, Gustavo Suárez, titular de la Cámara de Kiosqueros de la provincia (CKUM), señaló que existen diferencias de precios en las listas que reciben los comercios de barrios o almacenes, y las que reciben las grandes superficies comerciales. “Las mismas distribuidoras nos suman ítems como fletes a nuestros costos, y los Precios Máximos son beneficios que no nos alcanzan”, señaló.
“Hoy estamos en una desventaja grandísima frente a los supermercados e hipermercados, que llegan a los acuerdos que tienen las fábricas con el Estado (Precios Cuidados), o a los precios obligados (Precios Máximos). Nosotros no llegamos a tener esos valores para después trasladar el beneficio a los compradores”, agregó.
Fuera de la lista
Dentro de las 36 categorías que dejan de tener precios congelados, se cuentan los aceites de oliva, y otros aceites; tostadas y grisines; edulcorantes; saborizantes; encurtidos; harinas leudantes y premezclas; milanesas de soja; tapas de empanadas; queso rallado y queso crema; crema de leche; perfumes y colonias y trapos y paños, entre otros.
La nueva lista sería luego reemplazada por una nueva canasta, con precios acordados con empresarios (Precios Máximos fue impuesto), y que se extendería por los siguientes seis meses.
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