Mas de doce mil personas fueron parte de la inauguracion del “festival del pueblo” el que pretende convertirse en una tradicion nacional.
La primera edición del “Festival Nacional de la Nuez y de los Vinos de Altura” llegó con un subtítulo bien ganado: “festival del pueblo”, el domingo pasado fue la celebración de las y los tupungatinos que en sus manos elevaron y compartieron con el país y el mundo dos productos icónicos de su tierra: la nuez y los vinos de altura.
Durante casi 10 horas latió la celebración popular que revaloriza la identidad y el trabajo colectivo. El entramado del festival se tejió con música; danza, artesanías, nuevas tecnologías agropecuarias y una oferta gastronómica variada potenciando la gestión local, las economías regionales y el turismo cultural. El broche de oro estuvo a cargo del grupo musical “Destino San Javier” que cerró la jornada con una actuación que no defraudó.
La organización general a cargo de la Municipalidad dio cuenta de una labor impecable y ajustada en todos los detalles, demostrando el compromiso y responsabilidad de las distintas direcciones y áreas involucradas.
Y no sólo regresó la celebración, sino que además esta primera edición de categoría nacional, fue emitida vía streaming en vivo para que personas desde cualquier punto del planeta pudieran sentirse cercanos a Tupungato, conocer su acervo cultural y artístico, así como emocionarse aquellos tupungatinos y tupungatinas que residen en otros lugares, pero que aún guardan el sentido de pertenencia con su lugar a pesar de las distancias.
La fiesta empezó al mediodía con música popular que sonaba en el ambiente; sobre la Avenida Belgrano -antes de Mathons- estaban dispuestos los foodtrucks de comidas nacionales e internacionales, con bebidas de cebada artesanal, entretenimiento para las infancias con juegos de realidad virtual, maquillaje artístico y peloteros.
Más abajo, una empresa mendocina fabricante de maquinaria agrícola de precisión expuso equipamientos de gran magnitud destinados a la cosecha y plantación de nogales; desde esta intersección bajando por calle Mathons hasta Liniers se desplegaba “La Feria Artesanal” con 70 artesanos en total, artífices manuales del departamento y oriundos de otras localidades de la provincia, que alcanzaron grandes números con la venta de sus creaciones originales.
En el centro de la plaza Grl. San Martín un circuito con stands de productores de vinos y nueces recibió a los concurrentes para promocionar sus elaboraciones logradas a partir de las bondades naturales de Tupungato.
La zona principal de calle Belgrano fue destinada para que los espectadores pudieran disfrutar los espectáculos que artistas tupungatinos mostraron sobre el escenario -una estructura de tecnología, sonido e iluminación de vanguardia- establecido diagonalmente entre calles Beltrán e Hipólito Yrigoyen.
Pasada media hora de las 16h abrieron el show los chicos del Ballet de danzas folklóricas “El Regreso”, a cargo del profesor Joaquín Diaz, muy aplaudidos y acompañados por sus familias bajaron de la muestra dándole espacio al “Dúo Chapel” de Darío Guibbes y Gustavo Canales que con una trayectoria de 14 años interpretaron folklore, que ganó los tradicionales gritos cuyanos. Llegó el turno de las bailaoras de “Almería” que con grupos de diversas edades hicieron danzas flamencas. Cuando ya se venía asomando la sombra de la noche subió la energía con el popatinoamericano en voz, guitarra, batería e instrumentos de vientos de “El Viaje”, un conjunto que se fue con el cariño de todos los presentes.
A continuación la profesora Karen Torres y su grupo “Free expression” hicieron una exposición de técnicas y base de contemporáneo con un sutil estilo. Después un ensamble del “Coro Municipal” y los vocalistas de la “Escuela Artística Chalo Tulián” con un par de canciones hicieron cantar a todo el público que los siguió motivados con atención. Llegaron los bailarines de danzas andinas que forman parte de “Sol de Tupungato”, haciendo una muestra cultural del Estado Plurinacional de Bolivia, con tinkus y cuecas. Luego, el “Dúo Nuevo Canto” tuvo unos minutos en escena para regalarle al Festival música propia folclórica regional e instrumental. Seguidos por “Linaje” que animaron la tarde noche con una fusión de los géneros cuyano y norteño.
No podía faltar en el evento el queridísimo “Juan Carlos Lizarde” que a través de su canto cuyano emocionó a los oyentes presenciales y a quienes seguían el programa que se emitía en el canal de YouTube de Tupungato.
Con la gracia de ser banda soporte del conjunto nacional que aguardaban las y los fanáticos, “Los Caminantes” dieron una previa sinigual proyectando canciones festivaleras de raíces argentinas.
Una vez que los artistas cerraron sus manifestaciones de danza y música, se dio espacio para conocer a las ganadoras que dejó el Concurso de receta con nuez “Del nogal a la mesa” -el que se había desarrollado el sábado anterior en el salón principal del Hotel Turismo Tupungato-; de los 14 participantes que tuvo el certamen obtuvieron los primeros puestos los platos de: 1° Olga Obredor “Pastel de nuez”, 2° Ximena Olivares “Chocolate con sazón y nuez” y 3° Isabel Magrini; “Budín de nueces”; cada una recibió un cheque simbólico por $30.000, $20.000 y $10.000, según el lugar alcanzado. La premiación fue muy emocionante ya que quien recibió el mayor puntaje del jurado es una mujer tupungatina de 90 años que demuestra el ímpetu de vivir intensamente.
Hasta que empezó el cierre del Festival con los primos Franco Favini, Paolo y Bruno Ragone, que rompiendo la alusión la tercera es la vencida, esta vez fue la segunda y qué segunda para que las tupungatinas pudieran ver en vivo a “Destino San Javier”, grupo artístico cabeza del cartel que tuvo esta edición del Festival. Más de dos horas de show con algarabía, gritos y alegría.
Todo fue posible, con una audiencia enardecida que se conectó sin fin en un día nublado y fresco, pero con mucho calor humano. Los aplausos de los más de 12 mil asistentes aún resuenan forjando la convicción de que este Festival Nacional nos pertenecerá por siempre, cuidándolo, defendiéndolo y mejorándolo para el resto de los años.