En mayo el IPC fue del 3% en la provincia y dos rubros mostraron variaciones negativas. Preocupa el impacto de la suba de los combustibles.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Mendoza aumentó un 3% en mayo y alcanzó un acumulado del 18,6%, quedando por debajo de los datos nacionales (3,1% mensual y 19,2% acumulado). El incremento sostenido de los precios mostró una desaceleración con respecto a los meses anteriores. No obstante, para los economistas el IPC podría superar el 40% a fin de año.
Según el informe publicado por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), el rubro que más aumentó en lo que va del año es “atención médica y gastos para la salud”, con una variación del 24,5%. En este punto se cuenta el costo de los insumos del sector, fuertemente vinculados al tipo de cambio y la autorización de incremento para las prepagas a partir de mayo (7,5%).
En el acumulado a mayo, le siguen los rubros “esparcimiento”, con un incremento del 20,5%, “educación” y “equipamiento y mantenimiento del hogar”, con subas del 20,4% cada uno, y “alimentos y bebidas” con el 20,2%.
Que pasó en marzo
En el último mes el “transporte y las comunicaciones” (7,1%), lideraron la suba.Este rubro contempla los aumentos del combustible, los planes de telefonía celular y los pasajes de colectivo, entre otros. Además, la atención médica, y el esparcimiento mostraron incrementos mensuales por encima del 6% y el equipamiento para el hogar superó el 3%. Fue menor a los meses anteriores la suba registrada en alimentos y bebidas (1,4%), lo que sin duda favoreció a la desaceleración.
También tuvieron incidencia los rubros “vivienda y servicios básicos” (-1,9%) e “indumentaria” (-1%), que bajaron respecto al mes anterior. En abril la DEIE estimó un incremento del IPC en torno al 3,8%.
Análisis de especialistas
La desaceleración del IPC responde al freno en el incremento de la cotización del dólar que lleva ya más de 30 días “bastante estable”. De acuerdo el economista asesor del ministerio de Economía, Sebastián Laza, la estabilidad cambiaria achica la incertidumbre que tienen las empresas, propia del clima electoral.
“Continúan los traslados de precios mayoristas a minoristas, de incrementos salariales, y otros costos, pero para los próximos meses el índice podría perforar la barrera del 3% y comenzar a ubicarse entre el 2,5% y el 2% mensual”, señaló.
Igualmente, José Vargas, de Evaluecon, señaló que los datos de este mes muestran que “la inflación sigue creciendo a tasa decreciente (desacelera, pero avanza)”. En esta oportunidad el impacto de la devaluación de marzo y abril no estuvo presente, y tampoco fue tan fuerte el impacto en servicios públicos.
“Los rubros alimentos y bebidas, y el resto de los componentes de la canasta básica, se reacomodaron antes de que comenzara el programa del Gobierno de Precios esenciales. En algunos casos los precios habían sobrereaccionado, por lo que debieron retrotraerse al quedar por encima del promedio de mercado”, indicó.
No obstante, Vargas señaló que la inflación de mayo resulta sumamente alta y más si se considera que “la mayoría de los países estables tienen una inflación anual inferior a la que se registra mensualmente en Argentina”. Para junio, por tratarse de un mes “sin estacionalidad”, también se esperan números por debajo del 3%, pero ya hubo aumentos en el combustible y van a trasladarse a precios, por lo que el economista consideró que lo que debería preocupar será “el anualizado”.
Más crítico, Daniel Garro, de Value International Group, opinó que la desaceleración que se observa es producto de la recesión, alentada por las “altísimas tasas de interés” que impiden el financiamiento del sector privado, y no con la base monetaria “cero” del Banco Central.
Por tratarse de un fenómeno monetario, la emisión de pesos es la verdadera causante de la inflación, pero sus efectos se ven en el aumento de precios, o del Índice de Precios al Consumidor, en este caso. “De aquí hasta fin de año, se espera que continúe un esquema recesivo muy fuerte, que va a hacer mantener los índices en niveles elevados”, agregó Garro.
El rumbo del país
Las reformas que alcanzó el gobierno con el Fondo Monetario Internacional a fin de flexibilizar el acuerdo, que incluyeron la eliminación de la llamada “zona de no intervención” y el congelamiento de la base monetaria, trajeron tranquilidad al mercado y restaron presión sobre el dólar.
Así, de acuerdo con el director del departamento de Finanzas de la Universidad del CEMA, José Dapena, eso “conjuntamente con la entrada de dólares de la cosecha” permitió estabilizar el tipo de cambio y, además, con el congelamiento de las tarifas (que también están dolarizadas), se logró desacelerar la inflación.
No obstante, señaló que “perdura cierto temor y eso se observa en los rendimientos de bonos en pesos a un año (60%), contra los rendimientos en dólares (15%), motivado por la incertidumbre con respecto a 2020”, señaló el economista.
“Estamos en medio de una situación de calma. Esto no significa que los problemas se hayan resuelto, pero se puede llegar a las elecciones en un contexto de estabilidad. Hay un programa económico, están los dólares para cumplir con los compromisos de pago y para el próximo año se puede tomar un rumbo de crecimiento”, explicó Dapena.
No obstante, el economista adelantó que con un déficit igual a cero y una cuenta primaria equilibrada, pero con compromisos de pago iguales a 3 puntos del PBI en términos de intereses, el país deberá volver a emitir deuda.
El análisis de Dapena coincide con el del ex titular del Banco Nación, Carlos Melconian, quien aseguró que el plan “picapiedras” del FMI no fue hecho para promover el crecimiento del país, sino para evitar una crisis cambiaria y reducir la compra de dólares en base a “secar” la plaza.
“La tasa de interés se puede mover 5 puntos por encima, 5 puntos por debajo, pero no va a ceder porque es funcional al plan. La inflación en un escenario del 2,5% mensual termina en 40, y sacando el agro de en medio, el resto de la economía no va a crecer”, comentó Melconian.
Expectativas del Mercado
Los analistas que participan de la encuesta con la que se elabora el Reporte de Expectativas de Mercado (REM) que publica el Banco Central revisaron sus previsiones a nivel general, manteniendo un sendero decreciente.
Los pronósticos de corto plazo indican que la tasa de inflación mensual promedio de 3,7% del primer cuatrimestre del año 2019 se reducirá a una tasa de 2,6% mensual durante el segundo cuatrimestre y hasta 2,3% mensual en el último tercio del año.
En tanto que hacia diciembre de 2019, los pronósticos anuales de los analistas del mercado para el nivel general de inflación se elevan a 40,3% a nivel país.