El hecho ocurrió este miércoles por la noche en Godoy Cruz cuando una camioneta sin conductor impactó contra un colectivo y un auto.
Observó la camioneta por el espejo lateral pero cuando frenó el colectivo ya era tarde. La Fiat Fiorino lo había chocado y después había ido a parar contra un Fiat Palio que se encontraba estacionado a la izquierda de la calzada. Se bajó del micro para recriminarle al conductor, pero para su sorpresa, no había nadie detrás del volante.
No se trata de una ficción de una noche de Viento Zonda, sino que el hecho ocurrió realmente durante la noche del miércoles en calle Perito Moreno y Godoy de Godoy Cruz y fue acompañado de otros elementos que hicieron que el suceso fuese cada vez más surrealista.
Pasan cosas raras
Eran alrededor de las 22 cuando un grupo de tres o cuatro personas entraron a una sala velatoria, a unas canchas de fútbol 5 y a otros negocios ubicados en calle Perito Moreno, con una sola pregunta: “¿Alguien es el dueño de una Fiorino blanca”. Ante la negativa, se retiraban confundidos, casi resignados.
A unos metros de esos comercios, en una esquina, se encontraba un colectivo del grupo 1, una camioneta Fiat Fiorino blanca y un Fiat Palio del mismo color. El micro tenía un raspón en su costado izquierdo, mientras que la camioneta se encontraba frenada contra el rodado menor.
“Vi que recorrió casi dos cuadras, cuando miro por el espejo vi que se me venía, una mujer que estaba parada en el colectivo se torció la muñeca”, explicaba el chofer del micro a quien estuviera dispuesto a escuchar.
Fue el primero en bajarse a ver la camioneta que lo había chocado y cuando lo hizo, se encontró con que esta no tenía conductor. Revisó las puertas y las encontró todas cerradas.
Mala suerte
Minutos antes del accidente, un hombre había estacionado sobre Perito Moreno, frente a la calle Godoy. Había llegado manejando un Palio y su destino era una rotisería instalada hace unas semanas en el mismo lugar.
Nunca esperó que la camioneta, tras tocar al colectivo fuera a parar contra su auto, pero así fue.
Una seguidilla de hechos
Mientras algunos de los ocupantes del colectivo y vecinos buscaban al dueño de la camioneta Fiat Fiorino, dos inspectores de tránsito llegaron al lugar. Lo que parecía un trámite casi se vuelve en algo trágico.
Habían caminados dos metros, cuando una rama cayó, por el viento Zonda, sobre una de las inspectoras. Por fortuna fue solamente un susto.
Otro susto más
Minutos después finalmente apareció alguien que conocía al dueño de la camioneta. Se trataba del dueño de un taller mecánico que aseguró que el vehículo pertenecía a un cliente que se la había dejado, pero no sabía explicar cómo había llegado hasta allí, solo que cuando fue a guardarla no la encontró en la calle.
Mientras el dueño del taller volvía a su negocio para hablar con el dueño, una mujer cruzó toda la escena desesperada.
Se trataba de una vecina, que había estado en los primeros minutos del accidente en el lugar, y que volvía pidiendo auxilio porque no podía respirar.
Cayó sentada en la calle, delante de la inspectora de tránsito, se le dio una botella de soda y se llamó a una ambulancia. En el medio apareció otro vecino, enfermero, que le aplicó primeros auxilios. Era otro susto más en medio de una noche muy rara.
Las versiones
Según el dueño del taller, que regresó al lugar del hecho, una vez más, habían intentado robar la camioneta. El chofer del colectivo afirmó que ambas puertas estaban cerradas, por lo que sospechaba que habían dejado el vehículo en punto muerto y sin freno de mano puesto. En el medio, la reflexión del agente de tránsito: “Esto pasa seguido, muchas veces dejan los vehículos sin frenos en una pendiente y se produce un accidente”.