El indicador nacional se desaceleró por tercer mes consecutivo. El gobierno y el Banco Central festejan.
El costo de vida de los argentinos volvió a pisar el freno en junio por tercer mes consecutivo al ubicarse en 2,7% y en el gobierno y el Banco Central celebran porque ya están viendo que el dato de julio será aún inferior, pero aún queda un largo camino por recorrer.
En medio de la campaña electoral, el guarismo que reveló ayer el Indec es fue bocanada de aire para la gestión de Mauricio Macri, que viene hablando de brotes verdes y reactivación económica sin que los indicadores le den por ahora consistencia al discurso oficial.
En materia de inflación los guarismos de los meses anteriores mostraron que en mayo la suba del Índice de Precios al Consumidor había sido del 3,1%; en abril se ubicó en el 3,4%; en marzo, en el 4,7%; en febrero, en el 3,8%; y en enero, en el 2,9%.
La inflación está desacelerando desde abril por dos factores cruciales: en primer lugar, la estabilidad cambiaria. El precio del dólar bajó 1,58% a lo largo de esos tres meses y sólo en junio cayó 5,2% frente al peso argentino.
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Esa calma en el frente cambiario generó dos cosas: por un lado, no hubo pass through, es decir, no hubo devaluación que pudiera pasarse al IPC; por otro, redujo los niveles de incertidumbre y expectativas inflacionarias.
Y como para que este escenario no cambie, el Fondo Monetario Internacional autorizó al Gobierno a realizar contratos de dólar futuro por hasta u$s3.600 millones con el objetivo de evitar, como sea, una devaluación antes del 24 de noviembre, fecha en la que se disputaría un eventual balotaje.
En segundo lugar, los precios domésticos se frenaron por la postergación que decidió el Gobierno de los aumentos de tarifas hasta enero, para pasar el período de elecciones sin grandes sobresaltos y generar una mejora en el humor social.
Los datos mensuales y la tendencia resultan alentadores. Incluso el dato de junio fue el más bajo desde diciembre. Y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, se mostró ayer optimista, pero aclaró que no se trata de un “proceso lineal”, por lo que no hay que esperar que todos los meses haya un dato de inflación inferior al inmediatamente anterior. Y aclaró: “Esta inflación sigue siendo demasiado elevada”.
Según el Indec, la inflación acumulada en el primer semestre fue del 22,4% a nivel nacional y del 55,8% en los últimos doce meses. Y hay rubros muy sensibles, como el de alimentos y bebidas no alcohólicas que se incrementaron un 60,8% a nivel nacional.
El nivel general de inflación mensual fue del 2,6% en el Gran Buenos Aires en junio; 2,8% en la región pampeana; 2,9% en el nordeste argentino (la zona más pobre del país); 2,8% en el noroeste; 2,6% en Cuyo; y 2,8% en la Patagonia.
Rubro por rubro
Entre los doce rubros relevados por el Indec para construir el comportamiento de los precios, lo que más aumentó en junio fueron las comunicaciones, con un salto del 7,1% por el incremento en las cuotas de la telefonía.
Atrás quedaron: recreación y cultura, con un alza del 3,7%; salud, 3,6%; equipamiento y mantenimiento del hogar, con 3,4%; bebidas alcohólicas y tabaco y vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, con 2,7%; alimentos y bebidas, con 2,6%, entre otros.
En el primer semestre, en tanto, lo que más aumentó fue el costo de la educación, con un salto del 28,7%; seguida por las comunicaciones, con un 28,1% y el ítem de vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, con un avance del 24%.
¿Por qué va a bajar la inflación?
El presidente del Banco Central insistió ayer en una conferencia de prensa con que “están dadas las condiciones para que la inflación siga bajando, hay una tendencia”. ¿Por qué es eso? Hay tres condiciones macroeconómicas clave para que esto ocurra en los próximos meses, “de forma sostenida”.
1) El Gobierno va hacia el equilibrio fiscal. Eso garantiza que el Banco Central no tenga que incursionar en la emisión monetaria para financiar el Tesoro Nacional. “Esto está ocurriendo”, sostuvo Sandleris. Y agregó que además hay un compromiso por el cual la entidad que él preside ya no volverá a financiar al Poder Ejecutivo.
2) Hay un tipo de cambio que “ya se ha corregido y es competitivo”. Eso se ve reflejado en los números de la balanza comercial y la cuenta corriente. “Esa corrección del tipo de cambio que se dio durante el 2018, tal vez no en la forma planeada ni deseada, un poco a los golpes, ayuda a que ese desequilibrio que arrastraba la economía se haya resuelto”, admitió el funcionario.
3) Ya se hizo la corrección de tarifas que se necesitaba porque las mismas no cubrían el costo de producción de la electricidad, el gas y transporte, entre otros. “Se corrigió y eso permite que ahora ya no sean los aumentos de los precios regulados los que permanentemente estén empujando hacia arriba los datos de inflación”, apuntó el presidente del Banco Central.