Fue un 2,4% menor en los primeros cinco meses de este año, comparados con el mismo periodo del 2018.
Durante los primeros cinco meses del año, la demanda energética de Mendoza se redujo en comparación con el mismo período del año pasado. Los llamados grandes usuarios mayores redujeron su demanda en 2,4 % mientras que los usuarios residenciales lo hicieron en un 7,6 %.
El aumento de la factura, la caída de la actividad económica, las inversiones en eficiencia energética y la transformación en usuarios generadores son algunas de las causas que explican el fenómeno.
Según los datos del EPRE sobre demanda en el mercado energético, la electricidad facturada a usuarios mendocinos de enero a mayo de 2019 fue de 2.247.648 MWh, un 5,1% menos respecto del mismo período del año anterior (allí el valor fue 2.368.029 MWh).
Las categorías Residenciales y Generalesredujeron su demanda un 7,6 % y 8,7 % respectivamente, mientras que la demanda de Alumbrado Público aumentó 4,6 %. En cuanto a los usuarios de Riego Agrícola, experimentaron una baja de 9,8 %.
Si se pone la lupa sobre los sectores productivos, en los usuarios de Grandes Demandas se dio una reducción de 2,4 %, que pasó de 1.116.393 MWh a 1.089.115 MWh.
Jimena Latorre, presidente del EPRE, consideró que más allá de los factores económicos, en la disminución ha tenido un fuerte impacto la promoción de la eficiencia energética: “Se ha dado una reconversión industrial con maquinarias más eficientes y a la vez inversiones para ser usuario generador. Actualmente tenemos 115 usuarios conectados, de los cuales muchos son industrias que generan energía y por eso demandan menos al sistema”.
“No somos ajenos a las circunstancias económicas que pueden llevar a una disminución, pero es importante saber que trabajamos en la concientización del uso racional y eficiente. Hay un índice decreciente de consumo que si bien existe no es alarmante”, comentó Latorre.
Grandes consumidores
Se pueden agrupar las actividades económicas por nueve sectores del PBG de Mendoza. Siete de ellos han contraído su consumo eléctrico:Agropecuario (-8,1 %), Industrias Manufactureras (-4,4 %), Construcciones (-10,5 %), Comercio, Restaurantes y Hoteles (-11,5 %), Transporte y Comunicaciones (-4,9 %), Establecimientos Financieros (-12,7 %) y Servicios Comunales, Sociales y Personales (-6,7 %). Los únicos dos que han aumentado son: Explotación, Minas y Canteras (+3,8 %) y Electricidad, Gas y Agua (+8,5 %).
De esos sectores, el que mayor participación tiene en el consumo es el de Industrias Manufactureras, con un 42% de la facturación y una caída del 4,4% comparando los primeros meses de 2018 y 2019. Ese sector es el que reúne a rubros como fraccionamiento de vinos, refinería de combustibles y metalmecánica.
Pedro Bizzotto, presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Asinmet), considera que la menor actividad económica es una de las causas de esta caída. Otra causa está en inversiones en eficiencia energética, que permitieron producir más con el mismo costo en electricidad.
“Hay un combo de situaciones, no puedo cuantificar con exactitud el porcentaje pero sí decir que se han hecho inversiones para eficiencia energética y que estamos en recesión. Probablemente influya más la recesión que la eficiencia energética”, analizó Bizzotto.
En cuanto a la vitivinicultura, el gerente de Bodegas de Argentina, Juan Carlos Pina, comentó que en general las empresas que nuclea esa cámara no han reducido la producción: “Tenemos un consumo normal, se ha mantenido estable. Tenemos que ver es cómo el consumo de energías se puede ir modificando hacia el uso de energías renovables y no contaminantes, pero eso es algo que podemos medir de aquí a cinco años”.
En una línea similar, Nicolás Vicchi de ACOVI comentó que sus cooperativas vitivinícolas asociadas no redujeron su capacidad operativa y algunas han superado su promedio de elaboración. “Estamos trabajando junto con el INTI aplicando diagnósticos energéticos y medidas que permitan la eficiencia, el uso racional y la aplicación de energías renovables, capacitando también a los operarios y trabajadores de las bodegas”, agregó.
Pobreza energética
Volviendo a los números oficiales, la demanda de los usuarios Residenciales finalizó el año pasado con una importante baja anual: un 5% de reducción en sus consumos. En los primeros meses del 2019, estos usuarios continuaron con la misma tendencia experimentando bajas de 7,6% respecto del mismo período de 2018.
Desde la asociación civil Consumidores Mendocinos, su presidente Gisela Lamberti dijo: “La gente está dejando de satisfacer sus necesidades básicas energéticas para que no le corten la luz y poder pagar la factura. En el verano se sofocan de calor pero no te prenden un ventilador como antes, ahora no se usan más los caloventores”.
“Los números lo demuestran: al 2018, el 43 % de la gente es pobre energética. Eso ocurre cuando debe destinar más de un 10% de sus ingresos disponibles (descontando alimentos) en satisfacer estas necesidades”, analizó Lamberti.