La técnica utilizada es similar a la que se aplica con la mosca del mediterráneo. Se esteriliza a los insectos y se los libera.
La bioplanta del Iscamen en Santa Rosa, una de las cuatro más importantes del mundo, ya produce mosquitos estériles contra el dengue, luego de un complejo proceso de investigación encabezado por Gustavo Taret, un ingeniero del Organismo Internacional de Energía Atómica “repatriado” por el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria a Mendoza.
La técnica, que es la más respetuosa que existe con el medio ambiente porque descarta las fumigaciones masivas, será la misma que la que se aplica con la mosca del mediterráneo: los insectos se vuelven infértiles y se sueltan masivamente en zonas afectadas por las plagas. Así, la población disminuye hasta quedar casi extinta.
“La idea es funcionar como una planta multipropósito, que además trabajar para el agro lo pueda hacer para la salud pública”, explicó Alejandro Molero, presidente del Iscamen.
“El mosquito Aedes Aegypti es el que más muertes provoca en el mundo. Mendoza cuenta con la bioplanta y con un importante equipo científico. Por eso fue elegida y ratificada por organismos nacionales e internacionales”, aseguró Molero.
La técnica de los insectos estériles implica la cría en masa y la esterilización con radiación, una técnica regulada por la Comisión Nacional de Energía Atómica, que además es encargada de acondicionar y regular el proceso que realiza por medio de rayos Gamma, provenientes de una fuente de cobalto.
Complejo trabajo de cría
Para lograr la cría masiva de mosquitos típicos de zonas húmedas y cálidas, los 500 científicos y operarios de la bioplanta lograron recrear las condiciones en las que crece este insecto, estudiar sus hábitos y separar los machos de las hembras.
“Se crían en compartimientos que recrean el clima en el que más proliferan”, aseguró Molero. Luego, se transportan en cajas que tienen las mismas condiciones de humedad y calor, para entregarlos en zonas afectadas como el Norte de Argentina, Paraguay y Uruguay.
Luego, de la misma forma que se hace con la mosca del Mediterráneo, se sueltan desde el aire.
Bioplanta multipropósito
La bioplanta de Santa Rosa se encarga de la producción entre 200 y 400 millones semanales de ejemplares machos estériles de mosca del Mediterráneo.
Esta mosca es originaria de África y se ha extendido hasta abarcar más de 90 países en el mundo. Con este método, muchas zonas de Mendoza han vuelto a ser declaradas libres de esta plaga, lo que garantiza el sello de calidad para el acceso a todos los mercados.
El complejo, que tuvo un arreglo y reconstrucción completa partir de 2016, está comenzando a producir ejemplares estériles de Lobesia botrana, una plaga que ataca principalmente a la uva y se llama comúnmente “polilla de la vid”.
Cuidado del ambiente
“Con estos pasos, generamos soluciones no solo para la agricultura, sino también para la salud pública”, destacó Molero, del Iscamen.
La irradiación que se usa para el mosquito del dengue evita las fumigaciones masivas y no conlleva procesos transgénicos (ingeniería genética).
De hecho, la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria clasifica los insectos estériles como organismos beneficiosos para el ambiente, los cultivos y la salud pública.
Este método rompe el ciclo reproductivo de las plagas y está reconocido como el más eficaz por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) y el Organismo Internacional de Energía Atómica, que regula el uso de este tipo de energía para fines pacíficos y beneficiosos.