A tres años del crimen del ex fiscal de la causa AMIA, la jueza federal habló de la marcha de la investigación y consideró necesario “repensar si no hay agravantes y plantearse el elemento del recurso premeditado de dos o más personas”
“Alberto Nisman fue asesinado, fue un magnicidio con motivo de su trabajo”, repite Sandra Arroyo Salgado. En el tercer aniversario del crimen del ex fiscal de la causa AMIA, la jueza federal está convencida de que su ex marido fue víctima de “un plan criminal con intervención de agentes del Estado”, porque “la única manera de callarlo era matarlo”.
En diálogo con Marcelo Longobardi (Radio Mitre), la magistrada deslizó que el hecho “debería ser considerado un delito de lesa humanidad” y pidió “repensar si no hay agravantes y plantearse el elemento del recurso premeditado de dos o más personas”.
Tras considerar que en el último mes hubo importantes avances en la causa, Arroyo Salgado insistió en que detrás del crimen había un doble objetivo: “Primero, silenciarlo; y segundo, condicionar a los investigadores”.
Antes de ir partir hacia el cementerio de La Tablada, donde se rendirá un homenaje al ex fiscal, la jueza aseguró que “estos tres años fueron una pesadilla” para su vida vidas y la de sus hijas. “Hubo una multitud de personas que hicieron innumerables muestras de apoyo que nos permitieron llegar aquí”, sostuvo.
“El 2015 fue un año de mucha soledad, de miedo, de maldad y de aprietes. Por suerte no estuvimos solas, hubo mucha gente valiente que nos acompañó. El 2016 fue el año de la expectativa, donde la Corte reconoció que si hay una investigación es porque hubo un asesinato; y el 2017 de concreción y reconocimiento al arduo trabajo del juez, el fiscal y de los peritos de la justa interdisciplinaria”, enfatizó Arroyo Salgado.
Al mismo tiempo, la jueza agradeció también el apoyo de la sociedad en la causa. “No recuerdo ninguna otra oportunidad donde la gente saliera en forma multitudinaria a apoyar el trabajo de un juez o un fiscal”, aseguró.
