En su último informe de gestión, el jefe de Gabinete planteó la posibilidad de disminuir la carga tributaria para esa bebida
El jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Marcos Peña, sorprendió al señalar que el impuesto interno a la cerveza, que hoy es del 14%, podría bajar al 10%.
Lo hizo en las respuestas que por escrito brindó a la Cámara baja, en el marco de su último informe de gestión y finanzas del Estado Nacional.
Pero después, ante una pregunta que el diputado mendocino Pedro Rubén Miranda le formuló en el recinto, Peña se retractó, aunque igualmente dejó abierta la posibilidad a que este gravamen vuelva a discutirse.
“Hemos sido contradictorios, lo reconozco, esto entrará en la discusión de las nuevas metas que tenemos que realizar y también promoveremos que se debata a nivel federal con las provincias, como ocurre con muchas discusiones en materia tributaria”.
Esa fue la escueta respuesta del funcionario de mayor confianza de Mauricio Macri a la pregunta de si bajará o no el impuesto interno a la cerveza.
En la reforma impositiva que mandó el Gobierno Nacional al Congreso, el impuesto interno a la cerveza figuraba con una carga del 17%. En diciembre finalmente se sancionó el 14%, dejando en el 8% a las de fabricación artesanal.
Durante el tiempo de preguntas para el Bloque Justicialista, el diputado Miranda recordó que en la anterior visita a la Cámara de Diputados Peña dijo que no tenían previsto modificarlo y que, sin embargo, en el informe escrito informó que en el Gobierno creían razonable ubicarlo en el 10%.
Los argumentos
“Aún con el 14%, el ratio de beneficio de la cerveza es ampliamente superior al que tiene la industria vitivinícola. El resultado neto marca un 4% para bodegas y un valor cercano al 18% para la cerveza”, afirmó Miranda en su pregunta a Peña, en la sesión especial de ayer.
El diputado por Mendoza indicó que “en toda la zona vitivinícola hay 18.000 productores y más de 1.250 bodegas” y que “el proceso de elaboración del vino va desde la vendimia, pasa por el despalillado, el estrujado, la maceración, la fermentación, el prensado, la crianza, el trasiego, la clasificación y el embotellado”, lo que significa que la elaboración de vino “involucra mucha mano de obra artesanal en la cadena productiva”, a lo que se añaden los vaivenes relacionados con “las condiciones climáticas y de mercado”.
“En cambio la producción de cerveza está concentrada en dos empresas multinacionales, que tienen posibilidades de producir más, de vender más y de hacer más publicidad, y les está yendo muy bien. Bajarle más impuestos a la cerveza industrial en contra de la elaboración artesanal del vino va a contrapelo del objetivo de bajar el déficit fiscal”, expresó Miranda.
“Por otro lado, en la mencionada reforma tributaria el Poder Ejecutivo Nacional escuchó al sector y dejó a los impuestos internos en 0% para el vino”, aseveró Peña.
El informe de la polémica
En el escrito remitido a los diputados nacionales, Peña indicó que “el Gobierno nacional, a partir de la reforma tributaria, ya le ha dado un cronograma de baja de impuestos a las empresas vitivinícolas (y al resto de la economía)”.
Señaló que “desde abril cada empresa vitivinícola puede descontar 2.400 pesos para el cálculo de pago de los aportes patronales de cada uno de sus trabajadores” y que “en 2022 ese mínimo no imponible será de 12.000 pesos”.
Además, el impuesto a las Ganancias para utilidades no distribuidas será del 30% en 2018 y llegará a 25% en 2022. “Por otro lado, en la mencionada reforma tributaria el Poder Ejecutivo Nacional escuchó al sector y dejó a los impuestos internos en 0% para el vino”, aseveró Peña.
Con respecto a los impuestos a la cerveza, indicó que el Congreso delegó la potestad de modificar los impuestos internos en el Ejecutivo y que luego de diversos análisis en el Gobierno decidieron que el impuesto interno a la cerveza sea del 10%.
“Esto significa que entre el 2017 y el presente año hemos subido los impuestos a la cerveza de 8% a 10%”, aseveró el jefe de Gabinete.
Así mismo, indicó que “el Gobierno Nacional tiene como fin bajar la presión tributaria a todas las empresas” y que “la suba de impuestos internos responde a la lógica de la Organización Mundial de la Salud”.