El Poder Ejecutivo Nacional modificó la legislación que les impedía intervenir en seguridad interior. Que dice el decreto y cómo variaron los gastos en Defensa durante las presidencias de Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri.
El presidente de la Nación, Mauricio Macri, anunció esta semana una reforma del sistema de defensa nacional para ampliar la competencia de las Fuerzas Armadas y permitir su intervención en temas de seguridad interior. Se publicó ayer en el Boletín Oficial el decreto reglamentario que modificó la regulación que rigió durante los últimos 12 años. La oposición, sin embargo, pidió que el tema sea tratado en el Congreso. ¿Qué cambios dispuso el Gobierno?
El Poder Ejecutivo Nacional (PEN) modificó el Decreto 727/2006. Se trata de una norma dictada durante la Presidencia de Néstor Kirchner que reglamentó una ley que tenía casi dos décadas: la Ley de Defensa Nacional, sancionada y promulgada durante la Presidencia de Raúl Alfonsín. El Decreto 638/2018 publicado ayer modificó algunos artículos de aquella norma de 2006, a la que califica de “exceso reglamentario” que restringe “las potencialidades para la Defensa Nacional”.
En primer lugar, el decreto dictado durante el gobierno de Kirchner establecía que las Fuerzas Armadas sólo podían intervenir ante “agresiones de origen externas perpetradas por fuerzas armadas pertenecientes a otros estados”. La nueva normativa habla sólo de “agresiones de origen externo contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política”. Es decir que ya no será necesaria la agresión de una fuerza armada de otro país para que intervenga el sistema de defensa nacional, sino cualquier agresión que provenga desde el exterior.
El ministro de Defensa de la Nación, Oscar Aguad, explicó que lo que ahora se va a permitir es que “las Fuerzas Armadas actúen frente a cualquier ataque de origen externo, que puede ser perpetrado por un Estado o por nuevas organizaciones vinculadas al terrorismo y al narcotráfico”.
En segundo lugar, el decreto de 2006 determinaba que las Fuerzas Armadas no podían planificar, adquirir equipos o realizar inteligencia en base a hipótesis o supuestos encuadrados en la Ley de Seguridad Interior. Con el nuevo decreto se habilita la planificación sobre operaciones de seguridad interior, aunque sólo como apoyo logístico de las fuerzas de seguridad, ya sea en emergencias o en catástrofes naturales.
En tercer orden, la Ley de Defensa Nacional sostiene que Gendarmería y Prefectura (que actualmente están bajo la órbita del Ministerio de Seguridad) deben controlar y vigilar fronteras y ríos, y custodiar “objetivos estratégicos”. Con el decreto publicado ayer en el Boletín Oficial, esas facultades estarán ahora bajo el control compartido de estas dos fuerzas de seguridad y las Fuerzas Armadas.
Un comunicado conjunto del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), el Instituto Latinoamericano de Seguridad y Democracia (ILSED) y el Grupo Convergencia XXI (académicos y especialistas en defensa, seguridad y relaciones internacionales) mostró “preocupación en torno a cómo se definirán esas ‘agresiones externas’; quién y con qué criterios y alcance se definirá la intervención militar en seguridad, justificada en la necesidad de dar apoyo logístico a las fuerzas de seguridad; así como qué es un objetivo estratégico”.
El presupuesto de Defensa en la última década
Al anunciar el decreto, el Presidente advirtió esta semana que la Argentina tiene “un sistema de defensa desactualizado, producto de años de desinversión y de la ausencia de una política de largo plazo”. Pero, ¿cómo evolucionó el gasto en defensa durante las presidencias de Fernández de Kirchner y de Mauricio Macri?
En 2007, durante el último año de la Presidencia de Kirchner, lo ejecutado en el Ministerio de Defensa representaba un 5,2% del total de gastos del Gobierno nacional. Se trata del índice más alto de los últimos diez años. A partir de 2008, ya con Fernández de Kirchner en la Presidencia, se redujo todos los años hasta llegar en 2012 al 2,6% de inversión en Defensa sobre el total de gastos, el más bajo del kirchnerismo.
La curva se revirtió al año siguiente: en 2013 el indicador subió al 4,1% y luego volvió a bajar para finalizar en 3,4% en 2015, último año de la Presidencia de Fernández de Kirchner.
En lo que va de la gestión de Macri, la tendencia es ascendente. En 2016, primer año de gestión de Cambiemos, las partidas ejecutadas por el Ministerio de Defensa habían representado el 3,5% del gasto total, mientras que en 2017 aumentaron a un 4 por ciento.
De acuerdo con el Presupuesto 2018, la cartera que lidera Aguad tiene asignados $116 mil millones, un 8,7% más que en 2017. De acuerdo con lo presupuestado, el gasto en 2018 representará un 3,9% del total de erogaciones del Gobierno nacional.
Respecto de las razones del anuncio, Jorge Battaglino, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) especializado en temas de relaciones civiles militares, seguridad regional y militarismo, señaló que el Gobierno “anunció que se iban a desplegar militares en objetivos estratégicos, a los que no definió, lo que liberaría a gendarmes para ser trasladados a los centros urbanos”. Y, además, agregó: “Tal vez haya también otro factor: las misiones internas para los militares convergen con el objetivo de reducción del gasto militar. El equipamiento necesario es mucho menos costoso que el requerido para enfrentar a otro Estado”.