El ex esposo de la empresaria asesinada en marzo de 2018 en Tunuyán sostiene que es inocente.
Fue durante la madrugada del 5 de marzo de 2018. Las llamadas al 911 se habían reiterado de manera constante en menos de 10 minutos. Norma Carleti apareció muerta y todas las miradas se posaron en su ex pareja, Leonardo Hisa.
Se lo considera uno de los hechos más violentos por la alevosía de los 52 puntazos. Fue el suceso que conmovió a la política y al sector empresarial, debido a que Hisa fue legislador provincial por la UCR y su ex esposa era portadora de uno de los apellidos más reconocidos del Valle de Uco por su actividad económica ligada a la agroindustria. Pasaron desde aquella madrugada hasta la fecha 10 fiscales en menos de 12 meses. Tres jueces actuaron en esta causa y dos fueron recusados, al igual que varios fiscales.
Hisa quedó detenido el 15 de marzo del año pasado y lo trasladaron a la cárcel casi de inmediato. Desde el 1 de noviembre esta con prisión domiciliaria.
Su contextura promediaba los 90 kilos y llegó a pesar 57; hoy pesa casi 62 según sus propias palabras cuando fue entrevistado por el portal Infouco.
Su caminar es lento, su mirada parece perdida en el infinito y tiene dificultad para expresarse. Sus ojos muestran la profundidad de su tristeza. Nos sentamos frente a frente. En su pequeña mesa, algunos libros muestran ese paisaje solitario. Durante la charla se produce un largo silencio que es interrumpido por una nueva pregunta. En varias ocasiones, el diálogo se rompe por el llanto de Hisa.
-¿Cómo se encuentra? ¿Cómo está de ánimo?
-Comparado a como estaba en el penal, mejor. Tratando de recuperarme física y mentalmente. Estoy muy cansado de las mentiras de la querella. Mis abogados tienen que estar aclarando cosas permanentemente. Te puedo enumerar algunas: se dijo que la noche anterior al hecho yo hablé con Kevin (Guerrero) pero se probó que era mentira porque nunca hablé con los hijos de Juan Carlos (Guerrero). Como siempre sostuve, hablé con él a su teléfono celular. No tengo ningún llamado de sus hijos.
Se dijo que había estado en casa de Norma la noche de su asesinato, pero se comprobó que estuve en mi casa. Están las pruebas en el expediente, la querella dijo que había estafado a Norma en la sociedad que teníamos en común, que era Las Lomas, y también se probó que era falso. Los peritos no encontraron nada.
Se dijo también que yo quería la prisión domiciliaria para escaparme y, como podrán observar, no ha sucedido ni sucederá. Últimamente han dicho que no me ha servido de nada la domiciliaria porque no me he recuperado en cuanto a peso ni mentalmente, pero en realidad he subido de peso y mentalmente estoy mejor.
-¿Cómo son sus días en su casa, teniendo en cuenta que estaba acostumbrado a una vida muy activa?
-Generalmente me levanto temprano a colaborar con las tareas de la casa. Leo mucho. Trato de entretenerme con mi nieto. Trato de que las horas pasen. Se hacen largos los días. Hay veces que son interminables.
-¿Cómo fueron sus días de detención en la cárcel?
-Nunca tuve ningún problema con mis compañeros de pabellón, pero interiormente sí estuve mal, muy deprimido. La última etapa estaba entregado. Ya no daba más, me había dejado estar.
-¿Quién piensa que asesinó a Carleti?
-Yo no soy el que tiene que decir eso, lo debe dictaminar la Justicia. Sé que me están acusando a mí injustamente. Lo mismo le puede estar sucediendo a otras personas.
-Se habló mucho de su supuesto maltrato a Norma Carleti en vida.
-No es verdad, es falso. Yo tuve un accidente una semana antes muy fuerte en la camioneta y fue Norma la que vino a verme a mi casa. Si hubiera sido tan mala nuestra relación, como dice el doctor Ábalos (querellante), ella no habría venido a mi casa a verme. Esto está probado con las cámaras de seguridad. Se ha mentido tanto en esta causa. El doctor Ábalos ha mentido mucho y de muchas maneras. Con esto, con el tema de Las Lomas, con llamadas, con el video.
-¿Cómo era su relación con Juan Carlos Guerrero y sus hijos?
-Era una relación laboral de mucha confianza con Juan Carlos de muchos años y de ambas partes. Era una buena relación.
–¿Sigue confiando en él?
-Yo no quiero ser quien lo juzgue, no tengo motivos para hacerlo.
-¿Le dolió que una parte de la sociedad lo culpara antes que la Justicia?
-Más que la sociedad, me empezaron a acusar los familiares de Norma la misma noche de su muerte y ni siquiera sabíamos qué había pasado. Al principio me dolió muchísimo. Luego uno se va acostumbrando y se da cuenta de que lo más importante es lo que piensan los seres queridos, familiares y amigos. Cuando me refiero a los familiares de Norma que me acusaron esa misma noche, excluyo a los hermanos varones. Ellos nunca me faltaron el respeto.
-¿Es amigo del juez Fernando Ugarte? Dicen que jugaba al fútbol con él.
-Nunca fui amigo de Fernando Ugarte. Nunca jugamos al fútbol. Esa es una de las tantas mentiras que han inventado.
-¿Piensa que el móvil del asesinato fue la plata?
-Yo lo que creo es que quién la mató pensó que la casa estaba vacía. Norma había estado de viaje esa semana. Entró para robar, pero lamentablemente se encontró con Norma, que se resistió.
Es la única explicación que le encuentro a lo sucedido, ya que el autor no portaba armas, tuvo que usar cuchillos de la misma casa para ejecutar el asesinato.
-¿Mucha gente sabía que en esa casa había dinero?
-Puede ser. Los inquilinos que tenía Norma iban a pagar ahí.
-¿Sigue el tratamiento clínico y psicológico?
-Voy cada 15 días a control médico, psicológico y psiquiátrico al hospital El Sauce. Pero además, tengo consultas particulares con mi psiquiatra. Trato de ir recuperándome de a poco.
-¿Pensó en quitarse la vida en algún momento?
Se produce un largo silencio y sus ojos se llenan de lágrimas. Después de 3 minutos responde.
-Sí, varias veces he pensado en quitarme la vida. Pero creo que cuando uno tiene hijos, tiene el deber de acompañarlos. Eso no se puede eludir.
-Una de las personas que más ha manifestado públicamente palabras contra usted es Roxana Carleti ¿Por qué piensa lo hace?
-La única explicación que tengo es que, cuando asumí en el directorio de Carleti, Roxana quería que entrara su hijo. Yo asumí cuando estaba con Norma. Se decidió que entrara yo. Cuando me separo de Norma, Roxana y la madre, no sé si Norma, pidieron que me echaran del directorio. Se hizo una asamblea para tratar ese tema y la mayoría de la familia votó para que me quedara.
-¿Se han acercado o le han llamado algunos amigos de la política?
-Mis amigos están presentes. Los amigos de la vida. Recuerdo una frase de una película que vi hace poco que decía: “¿Querés saber quiénes son tus verdaderos amigos? Que te metan preso, pues ahí vas a saberlo”. Yo me sentí muy identificado. Vi que en la mayoría de los casos no me había equivocado.
-¿Cree que su caso está relacionado con la política?
-Lo separo en dos partes. Primero, si no fuera una persona conocida, no sé si estaría pasando por esto. Segundo, a este hecho se lo caratuló como femicidio desde un primer momento, es más, el fiscal así lo sugirió inmediatamente; a los 30 minutos dijo que fue un caso pasional, dejándose de lado otras cuestiones como robo, drogas, etcétera. Incluso se ha llegado a negar que quienes salían de la casa de Norma llevaban consigo una mochila, tal cual consta en las primeras comunicaciones policiales. Esto se ha negado.
Pienso que se debe a que no quieren contradecir la hipótesis del crimen pasional o por encargo. Por eso sí pienso que estuvo metida la política, lamentablemente, porque no debería ser así. Para la política es mucho mejor informar esto ante la sociedad como un femicidio, que como un hecho de inseguridad.
– ¿Por qué eligió hablar ahora?
-He guardado silencio todo este tiempo, soportando muchas agresiones injustamente, por respeto a Norma. Conviví con ella 30 años y no quería que esto se siguiera ensuciando. Llega un momento en que uno tiene que defenderse de tanta injusticia. Yo no hice nada de lo que se inventa, que busquen otras líneas de investigación.